Go Rin no Sho
Manuscrito de la Tierra |
Manuscrito del Agua |
Manuscrito del Fuego |
Manuscrito del Viento |
Manuscrito del Vacío |
La ciencia de las artes marciales
llamada Escuela Personal de los Dos Cielos es algo que he estado
perfeccionando muchos años. Ahora, deseando revelarla en un
libro por primera vez, he ascendido al Monte Iwato, en la
provincia de Higo, provincia de Kyushu.
Inclinándose ante el cielo, venerando a Kannon, me sitúo
frente a Buda. Soy Shinmen Musashi no Kami, Fujiwara no
Genshin, guerrero nacido en la provincia de Harima, de
sesenta años de edad. He dedicado mi espíritu a la ciencia de
las artes marciales desde que era joven, hace mucho tiempo.
Tenía trece años cuando tuve mi primer duelo. En aquella
ocasión gané a mi adversario, un maestro de artes marciales
llamado Arima Kihei, perteneciente a la Nueva Escuela de
la Precisión. A los dieciséis años vencí a un poderoso
maestro de artes marciales llamado Akiyama, de la
provincia de Tajima. Cuando tenía veintiuno, me fui a la
capital y conocí a maestros de artes marciales de todo el país.
Aunque participé en numerosos duelos, nunca dejé de alcanzar la
victoria. Después viajé de provincia en provincia, encontrando
maestros de artes marciales de varias escuelas. Aunque participé
en más de sesenta duelos, nunca perdí. Todo ello tuvo lugar
entre los trece y veintinueve años. Cuando cumplí los treinta
años y reflexioné sobre mis experiencias, me di cuenta que no
había salido victorioso a causa del logro consumado de las artes
marciales. Quizá fue porque poseía una capacidad intrínseca
para esta ciencia y no me había desviado de los principios
naturales. También puede haber sido debido a fallos de las artes
marciales de las demás escuelas. En cualquier caso, practiqué a
continuación día y noche hasta alcanzar un principio todavía
más profundo, y espontáneamente llegué a la ciencia de las
artes marciales. Tenía cincuenta años en esa época. Desde
entonces he pasado el tiempo sin tener ninguna ciencia en la que
investigar. Confiando en la ventaja de la ciencia militar, tal
como la he convertido en la ciencia de todas las artes y
técnicas, no tengo maestro en ningún camino. Ahora, al escribir
este libro, no tomo nada de los viejos dichos del budismo ni del
confucianismo, y utilizo viejas historias de narraciones
militares o sobre la ciencia militar. Teniendo al Cielo y a Kannon
como espejos, tomo el pincel y empiezo a escribir, a las cuatro
de la madrugada del décimo día del décimo mes, en el año
1643.
Las artes marciales son la forma
de vida del guerrero. Especialmente los oficiales deberían
practicar estas artes, y los soldados deben también conocer esta
forma de vida. En la actualidad no existen guerreros con un
cierto conocimiento de la vía de las artes marciales. Antes de
nada, pongamos un ejemplo sobre lo que es una forma de vida. El
budismo es una vía para ayudar a la gente; el confucianismo es
una vía para reformar la cultura. Para el médico, curar es una
forma de vida; un poeta enseña el arte de la poesía. Otras
personas se dedican a predecir el futuro, al tiro al arco o a
otras diversas artes o disciplinas. Las personas practican las
vías a las que se sienten inclinadas y desarrollan sus
preferencias individuales. Pocas personas son aficionadas a la
vía marcial de la vida. Ante todo, la vía de los guerreros
significa familiaridad con las artes culturales y marciales.
Aunque sean torpes en ellas, los guerreros deben fortalecer
personalmente sus propias artes marciales tanto como puedan sus
propias circunstancias. La gente piensa normalmente que todos los
guerreros reflexionan sobre el hecho de estar preparados para
morir. En lo que se refiere a la vía de la muerte, ésta no se
limita a los guerreros. Los monjes mendicantes, las mujeres, los
campesinos, e incluso aquellos que pertenecen a las clases que
están por debajo de ellos, conocen su obligación, se
avergüenzan de descuidarla y se resignan a la muerte; en esto no
hay ninguna distinción. La vía marcial de vida practicada por
los guerreros se basa en superar a los demás en todo y en
cualquier cosa. Ya sea mediante la victoria en un duelo
individual, o ganando una batalla frente a varias personas, uno
piensa en servir a los intereses de quien lo emplea, en servir
los propios intereses, en llegar a ser bien conocido y en estar
socialmente establecido. Todo ello es posible mediante el poder
de las artes marciales. Sin embargo, habrá personas en el mundo
que piensen que aunque uno aprenda las artes marciales, no le
servirán de nada cuando surja una necesidad real. A este
respecto, la verdadera ciencia de las artes marciales significa
practicarlas de tal forma que sean útiles en cualquier ocasión,
y enseñarlas de tal forma que sean útiles en todos los caminos.
Sobre la
ciencia de las artes marciales
En China y en Japón, los
practicantes de estas ciencias han sido tradicionalmente llamados
maestros de las artes marciales. Los guerreros no pueden
dispensarse de aprender esta ciencia. Las personas que viven de
las artes marciales en la actualidad sólo se ciñen a la
esgrima. Los sacerdotes de los templos Kashima y Katori,
de la provincia de Hitachi, han fundado este tipo de
escuelas, afirmando que sus enseñanzas han sido transmitidas por
los dioses, y viajan de provincia en provincia transmitiendo a la
gente sus enseñanzas; pero esto es realmente un fenómeno
reciente. Entre las artes y disciplinas de las que se habla desde
la Antigüedad, el denominado arte de la ventaja ha sido incluido
como una disciplina; así, una vez que hablamos del arte de la
ventaja, no puede limitarse llegar a ser sólo la esgrima.
Incluso la misma esgrima difícilmente puede ser conocida, si se
consideran únicamente cómo ganar sólo mediante el arte del
sable; está fuera de cuestión que sea posible alcanzar el
dominio de la ciencia militar de este modo. Cuando miro a la
sociedad, veo que la gente convierte las artes en ganancias
comerciales; se considera sí misma como mercancía e incluso
lleva a cabo mejoras como si fuera un objeto de comercio.
Distinguiendo lo superficial y lo sustancial, encuentro que esta
actitud tiene menos realidad que la decoración. El campo de las
artes marciales abunda particularmente de esgrimas victoriosas,
con popularización comercial y aprovechamiento por parte de
aquellos que enseñan la ciencia y de aquellos que la estudian.
La consecuencia de esto es que, como alguien ha dicho, "las
artes marciales de aficionados son origen de graves
heridas".Hablando de forma general, existen cuatro formas de
vida: la forma de vida del caballero, la del campesino, la del
artesano y la del comerciante. En primer lugar, está la forma de
vida del campesino. Los campesinos preparan todo tipo de
herramientas agrícolas y pasan años prestando constantemente
atención a los cambios de las cuatro estaciones. Ésta es la
forma de vivir del campesino. En segundo lugar, está la forma de
vida del comerciante. Quienes elaboran licor obtienen los
diversos utensilios requeridos y viven de los beneficios que
obtienen según la calidad de lo que producen. Cualquiera que sea
el negocio al que se dediquen, los comerciantes viven de los
negocios que ganan conforme a su posición particular. Ésta es
la forma de vivir del comerciante. En tercer lugar, en lo que se
respecta al caballero guerrero, esta vía implica construir toda
clase de armas y comprender sus diversas propiedades. Esto es
algo imperativo para los guerreros; ignorar la maestría de las
armas y la comprensión de las ventajas específicas de cada una
de ellas sería indicar una falta de cultura de un miembro de una
casa guerrera. En cuarto lugar, está la forma de vida del
artesano. Si se toma como ejemplo la forma de vida del
carpintero, ésta implica la fabricación habilidosa de toda
clase de herramientas, saber cómo utilizar cada una de ellas con
pericia, dibujar correctamente los planos sirviéndose de la
escuadra y de la regla y vivir mediante una práctica diligente
de sus técnicas. Éstas son las cuatro formas de vida: de los
caballeros, los campesinos, los artesanos y los comerciantes.
Descubrirá la ciencia de las artes marciales comparándola con
la disciplina del carpintero. El carpintero se utiliza como una
metáfora con referencia al concepto de casa. Hablamos de casas
aristocráticas, casas militares y casa de las artes; decimos que
una casa se derrumba o que una casa se mantiene; y también
hablamos de tal o cual tradición, estilo o "casa". Por
ello, como utilizamos la expresión "casa", he empleado
la disciplina del maestro carpintero como metáfora. La palabra
carpintero se escribe con caracteres que significan "gran
pericia" o "gran maestro". Puesto que la ciencia
de las artes marciales implica una gran habilidad y una
planificación con maestría, la describo en términos
comparativos a la carpintería. Si queréis aprender la ciencia
de las artes marciales, reflexionad sobre éste libro; dejad que
el maestro sea la aguja, el discípulo el hilo y practicad sin
descanso.
La
comparación entre la ciencia de las artes marciales y la
carpintería
Como el maestro carpintero es el
director y organizador general de los carpinteros, su obligación
de maestro carpintero es comprender las leyes del país,
averiguar las normas de cada localidad y atender a las
regulaciones del propio establecimiento carpintero. El maestro
carpintero, por conocer las medidas y dibujos de toda clase de
estructuras, emplea gente. A este respecto, el maestro carpintero
es lo mismo que el maestro guerrero. Al escoger la madera para
construir una casa, la que es recta, está libre de nudos y tiene
un buen aspecto puede ser utilizada como columna. La que tiene
algunos nudos, y no es recta ni fuerte, puede ser utilizada como
columna trasera. La que es algo débil, pero no tiene nudos y
parece buena, es utilizada de diversas formas para construir
umbrales, dinteles y biombos. La que tiene nudos y está
retorcida, pero, sin embargo, es fuerte, se utiliza teniendo en
cuenta la existencia de dichos elementos de la casa. Entonces
ésta durará mucho tiempo. Incluso la madera con nudos,
retorcida y no muy fuerte puede ser utilizada como andamio, y
posteriormente utilizada como leña. Cuando el maestro carpintero
dirige a los obreros, conoce sus diversos niveles de capacidad y
les asigna las tareas apropiadas. Algunos son dedicados a
construir el suelo, otros a las puertas y biombos, algunos a los
pórticos, dinteles, techos, etc. Al que no está cualificado le
pone a entarimar y a los aún menos cualificados a fabricar
cuñas. Cuando el maestro carpintero ejerce el discernimiento en
la asignación de tareas, el trabajo progresa sin dificultad. La
eficacia y el progreso continuo, la prudencia en todos los
asuntos, el reconocimiento del verdadero valor de los diferentes
niveles de moral, instalación de la confianza y la toma en
consideración de lo que puede ser razonablemente esperado y lo
que no, todo esto son asuntos que tiene presentes el maestro
carpintero. El principio de las artes marciales es exactamente
igual.
La ciencia de las artes marciales
Hablando en términos de
carpintería, los soldados afilan sus herramientas, fabrican
diversos utensilios útiles y los guardan en sus cajas
respectivas. Con las instrucciones del maestro carpintero, tallan
las columnas y las vigas con hachas, cepillan los suelos y las
repisas con garlopas e incluso esculpen enrejados y
bajorrelieves. Asegurándose de que las medidas son correctas,
hacen lo necesario para que las tareas se ejecuten de una manera
eficaz; ésta es la norma de la carpintería. Cuando uno ha
desarrollado el conocimiento práctico de todas las capacidades
de esta técnica, puede más adelante convertirse en maestro
carpintero. Para los carpinteros, un hábito esencial es tener
afiladas sus herramientas y mantenerlas a punto. Corresponde al
carpintero utilizar dichas herramientas con maestría, haciendo
incluso objetos como templos en miniatura, estanterías, mesas,
pies de lámpara, planchas para cortar tapaderas. Ser un soldado
es igual. Debería reflexionarse sobre esto atentamente. Los
logros que un carpintero debe realizar consisten en evitar las
sinuosidades, hacer que las junturas ajusten bien entre ellas,
una planificación experta, evitar las raspaduras y cuidar que no
haya deformaciones posteriores. Si queréis aprender esta
ciencia, tomad en serio todo lo que escribo y reflexionad sobre
ello cuidadosamente.
Sobre la
composición de este libro en cinco manuscritos
Distinguiendo cinco campos, para
explicar sus principios en secciones individuales, he escrito
este libro en cinco manuscritos, titulado Tierra, Agua, Fuego,
Aire y Vacío. En el Manuscrito de la Tierra puede encontrarse
una descripción de la ciencia de las artes marciales, el
análisis de mi propia escuela. La verdadera ciencia no puede
alcanzarse simplemente mediante el dominio de la esgrima.
Conociendo lo pequeño por medio de lo grande, uno va de lo
superficial a lo profundo. Como un camino recto nivela el
contorno de la tierra, llamo al primero el Manuscrito de la
Tierra. El segundo es el Manuscrito del Agua. Tomando el agua
como punto esencial de referencia, uno hace que la mente sea
fluida. El agua se adapta a la forma de la vasija, ya sea
cuadrada o redonda; puede ser una gota y también puede ser un
océano. El agua tiene el color de un estanque profundo de
aguamarina. A causa de la pureza del agua, escribo sobre mi
propia escuela en este manuscrito. Alcanzar cierto discernimiento
sobre los principios del dominio de la esgrima y, por tanto,
poder derrotar a un adversario a voluntad, equivale a ser capaz
de derrotar a cualquiera en el mundo. El espíritu de victoria
sobre los demás es el mismo, aunque se trate de miles o de
decenas de miles de adversarios. La ciencia militar de los
oficiales consiste en construir la amplia escala desde la
pequeña escala, lo mismo que se hace con una gran estatua
partiendo de un modelo en miniatura. Esos asuntos son imposibles
de escribir en detalle; conocer miles de cosas a través de una
sola cosa es un principio de la ciencia militar. Escribo sobre mi
propia escuela en este Manuscrito del Agua. El tercero es el
Manuscrito del Fuego. En este manuscrito escribo sobre la
batalla. El fuego puede ser grande o pequeño, y tiene un sentido
de violencia, así pues, en él escribo sobre los asuntos de la
batalla. La forma de combatir es la misma, ya se trate de una
batalla entre dos individuos o una batalla entre dos ejércitos.
Debéis observar reflexivamente, con una conciencia global de
toda la escena, así como una atención precisa a los pequeños
detalles. La amplia escala es fácil de ver, la pequeña escala
es difícil de ver. Para ser concreto, es imposible invertir la
dirección de un gran grupo de personas de una vez, mientras que
la pequeña escala es difícil de conocer, porque en el caso de
un individuo existe sola una voluntad implicada y pueden hacerse
cambios rápidamente. Esto debe de ser considerado
cuidadosamente. Como los asuntos de este Manuscrito del Fuego son
cosas que suceden en un instante, en las artes marciales es
esencial practicar diariamente para lograr familiarizarse con
ellas, tratándolas como asuntos ordinarios, de forma que la
mente permanezca inmutable. Escribo sobre la lucha en la batalla
en este Manuscrito del Fuego. El cuarto es el Manuscrito del
Aire. La razón por la que llamo a este manuscrito el Manuscrito
del Aire es porque no trata de mi propia escuela; es aquí donde
escribo sobre las diversas escuelas de las artes marciales que
existen en el mundo. En lo que respecta a utilizar la palabra
aire, utilizamos esta palabra para simbolizar "estilo"
o "manera de ser", al hablar de cosas como el antiguo
estilo, el estilo de nuestro tiempo y forma de ser de las
diversas cosas; así, aquí escribo definitivamente sobre las
técnicas de las diversas escuelas de artes marciales que existen
en el mundo. Esto es "aire". A menos que entendáis
realmente a los demás, difícilmente podréis alcanzar la
comprensión de vosotros mismos. En la práctica de cada forma de
vida y de cualquier trabajo, existe un estado de mente del que se
dice que está desviado. Aunque os esforcéis diligentemente en
vuestro propio camino día tras día, si vuestro corazón no
está de acuerdo con él, aunque penséis que estáis en el buen
camino, desde el punto de vista de la justicia y de la verdad, no
es un auténtico camino. Si no seguís un auténtico camino hasta
el final, una pequeña maldad al principio se convierte en una
gran perversión. Reflexionad sobre esto. No es de extrañar que
el mundo considere que las artes marciales consisten sólo en la
esgrima. En lo que respecta a los principios y tácticas de las
artes marciales, esto no es así en absoluto. Escribo sobre las
otras escuelas en este Manuscrito del Aire para dar a conocer al
mundo las artes marciales. En quinto lugar está el Manuscrito
del Vacío. La razón de que este manuscrito se titule Vacío es
porque, una vez que hablamos de "vacío", ya no podemos
definir las profundidades interiores en términos de callejón
superficial. Cuando se alcanza un principio, uno se desapega del
principio; de esta suerte, posee uno una independencia
espontánea en la ciencia de las artes marciales y, de forma
natural, logra hacer maravillas: discerniendo el ritmo cuando
llega el momento, uno golpea sin pensar y logra resultados de
forma natural. En esto consiste toda la vía del vacío. En el
Manuscrito del Vacío he escrito sobre la entrada natural en la
verdadera vía.
Sobre la
denominación de esta escuela individual, "Escuela de los
Dos Sables"
Hablamos de los sables porque es
obligación de todos los guerreros, tanto oficiales como
soldados, llevar dos sables. Antiguamente éstos se llamaban tachi
y katana, o el gran sable y el sable; actualmente se
llaman katana y wakizashi; o sable y arma que se
lleva al costado. No es necesaria una exposición detallada de
los motivos de los guerreros de llevar dos sables. En Japón, la
costumbre de los guerreros es llevarlos a ambos lados, tanto si
se sabe manejarlos como sino. He llamado a nuestra escuela,
Escuela de los Dos Sables, para señalar las ventajas de llevar
los dos sables. En cuanto a la lanza, la alabarda y otras armas,
se consideran parte del equipo del guerrero. En nuestra escuela,
lo principal para los principiantes es practicar la ciencia de
empuñar los sables, el largo en una mano y el corto en la otra.
Cuando la vida de uno está en peligro, se desea utilizar todas
las armas de que disponemos. Ningún guerrero querrá morir
teniendo sus sables enfundados; sin embargo, cuando se sostiene
algo en cada mano, es difícil esgrimir con la misma libertad la
izquierda y la derecha; mi objetivo es que os acostumbréis a
manejar el sable largo con una mano. Con armas largas como la
lanza y la alabarda, no existe ninguna elección; pero el sable
largo y el corto son armas que pueden ser manejadas con una mano.
El problema de manejar un sable largo con ambas manos es que no
es fácil hacerlo a caballo, y no es adecuado cuando se corre
precipitadamente, es difícil en un terreno pantanoso, en campos
embarrados, planicies pedregosas, caminos frecuentados o lugares
abarrotados. Cuando se tiene un arco o una espada en la mano
izquierda, o cualquier otra arma que se esté manejando, se puede
empuñar el sable largo con una sola mano; por ello, manejar el
sable largo con ambas manos no es la auténtica vía. Cuando es
imposible golpear a muerte utilizando una sola mano, utilizad
entonces las dos manos para hacerlo. Esto no debería exigir un
gran esfuerzo. La Escuela de los Dos Sables es un método para
aprender a manejar el sable largo con una mano; su objetivo es
acostumbrar primero a las personas a manejar el sable largo con
una sola mano. El sable largo le parece pesado e inmanejable a
todo el mundo al principio, pero cualquier cosa es así cuando se
empieza: el arco es difícil de tensar, y es duro de empuñar la
alabarda. En cualquier caso, cuando os familiarizáis con cada
arma, os volvéis más fuertes con el arco y adquirís la
capacidad de manejar el sable largo. Así pues, cuando alcanzáis
el poder del método, se hace fácil de manejar. Blandir el sable
largo con gran velocidad no es la fórmula correcta, como se
aclarará en la segunda parte, el Manuscrito del Agua. El sable
largo puede ser manejado en lugares espaciosos, el sable corto en
lugares reducidos; para empezar, ésta es la idea esencial. Con
nuestra escuela, uno puede ganar con el sable largo y también
puede ganar con el sable corto. Por esta razón, no esta
determinada la longitud precisa del sable largo. La vía de
nuestra escuela consiste en tener el espíritu de obtener la
victoria por ambos medios. Es mejor manejar dos sables que un
sable largo cuando se está luchando solo en una pelea; también
es ventajoso cuando se quieren hacer prisioneros. Puntos como
éste no requieren ser escritos con detalles exhaustivos; de cada
punto pueden inferirse miles de cosas. Cuando hayáis obtenido el
dominio de la práctica de la ciencia de las artes marciales, no
habrá nada que no veáis. Es necesario reflexionar profunda y
cuidadosamente sobre esto. Sobre el conocimiento de los
principios de las palabras "artes marciales". En esta
vía, a alguien que ha aprendido a manejar el sable largo se le
llama habitualmente maestro de artes marciales. En la profesión
de las artes marciales, alguien que sabe disparar el arco bien se
le llama arquero, mientras que a alguien que ha aprendido a
utilizar el fusil se le llama fusilero. Alguien que ha aprendido
a utilizar la lanza se le llama lancero, mientras que a alguien
que ha aprendido a utilizar la alabarda se le llama alabardero.
Si siguiéramos este modelo, a uno que ha aprendido el método
del sable debería ser llamado "hombre de sable largo"
y "hombre con armas al costado". Puesto que el arco, el
fusil, la lanza y la alabarda son armas de los guerreros, todas
ellas son técnicas de las artes marciales. Sin embargo, es
lógico hablar de artes marciales con referencia específica al
sable largo. La sociedad y las personas son mantenidas en orden
por los poderes del sable largo; éste es en consecuencia el
origen de las artes marciales. Cuando habéis alcanzado la
capacidad para manejar el sable largo, podéis vencer con una
sola mano a diez hombres. Cuando es posible vencer a diez hombres
con una sola mano, entonces es posibles vencer a mil hombres con
cien, y a diez mil con mil. Por ello, en las artes marciales de
nuestra escuela, un hombre es lo mismo que diez mil; todas las
ciencias de los guerreros, sin excepción, se llaman artes
marciales. En lo que se refiere a las vías, son confucianos,
budistas, maestros en el arte del té, maestros de etiqueta,
bailarines, etc. Estas cosas existen en la vía de los guerreros.
Pero incluso si éstas no son vuestras vías, si tenéis un
amplio conocimiento de todas ellas, las encontraréis en todas
las cosas. En cualquier caso, como seres humanos, es esencial
para cada uno de nosotros cultivar y pulir nuestro camino
individual.
Sobre el conocimiento de las ventajas de las armas en las artes marciales
Al distinguir las ventajas de las
armas de los guerreros, descubrimos que, cualquiera que sea el
arma, existe un momento y una situación en la que ésta es
apropiada. El sable de corto es principalmente ventajoso en
lugares reducidos, o en sitios estrechos, cuando estáis muy
cerca de vuestro adversario. El sable largo tiene generalmente
usos apropiados en cualquier situación. La alabarda parece ser
inferior a la lanza en el campo de batalla. La lanza es la
vanguardia, la alabarda es la retaguardia. Dado el mismo grado de
entrenamiento, alguien con una lanza tiene un poco de ventaja.
Tanto la lanza como la alabarda dependen de las circunstancias.
Ninguna de las dos es muy útil en acciones con mucha gente. Ni
siquiera son apropiadas para hacer prisioneros; deben reservarse
para el campo de batalla. Son armas esenciales en batallas
campales. Sin embargo, si aprendéis a utilizarlas en las salas
de ejercicios, centrando la atención en pequeños detalles y
perdiendo así el método real, difícilmente podrán ser
adecuadas. El arco también se adapta al campo de batalla, para
llevar a cabo cargas y retiradas estratégicas; es excelente en
las batallas a campo abierto, porque puede dispararse
rápidamente y de inmediato contra las filas de los lanceros u
otros. Sin embargo, es inadecuado para asediar un castillo y para
situaciones en las que el adversario se encuentra a más de
doscientos metros. Actualmente, no sólo el arco, sino también
las demás artes poseen más flores que frutos. Dichas técnicas
son inútiles cuando se presenta una auténtica necesidad. Dentro
de las murallas del castillo nada es comparable al arma de fuego
(en 1543 los portugueses introdujeron las armas de fuego en
Japón, y Musashi nació en 1584) desde que empieza la batalla.
No obstante una vez que se ha empezado la lucha cuerpo a cuerpo,
aquélla ya no es adecuada. Una de las virtudes del arco consiste
en que podéis ver el trazado de las flechas que disparáis, lo
cual es bueno. Parte de lo inadecuado de un arma de fuego es que
no puede verse la trayectoria de las balas. Habría que
considerar esto con atención. En cuanto a los caballos, es
esencial que sean fuertes pero no fogosos. Hablando en términos
generales de las armas del guerrero, un caballo debe ser un buen
trotador, sables largo y corto deben cortar perfectamente, la
lanza y la alabarda deben penetrar profundamente, y el arco y el
arma de fuego deben ser resistentes y exactos. No tenéis que
apegaros especialmente a ninguna arma en particular, o a ninguna
otra cosa, esto es importante. El exceso es lo mismo que la
insuficiencia. Sin limitar a nadie, debéis tener tantas armas
como convenga. Mantener gustos y aversiones es malo tanto para
los oficiales como para los soldados. El pensamiento pragmático
es esencial.
Sobre el
ritmo de las artes marciales
El ritmo es algo que existe en
todo, pero los ritmos de las artes marciales en particular son
difíciles de dominar sin ejercitar la práctica. El ritmo se
manifiesta en el mundo en cosas como la danza y la música, las
flautas y los instrumentos de cuerda. Todo esto son ritmos
armoniosos. En el campo de las artes marciales existen ritmos y
armonías en el tiro con arco, el tiro con armas de fuego e
incluso en la equitación. En cualquier arte y en cualquier
ciencia no debe ignorarse el ritmo. Existe incluso un ritmo en
estar vacío. En la vida profesional de un guerrero existen
ritmos para ascender de rango y ritmos para descender, ritmos de
satisfacción y ritmos de frustración. En el campo del comercio
existen ritmos para hacerse rico y ritmos para perder la propia
fortuna. La armonía y la falta de armonía en el ritmo se
presenta en todas las formas de vida. Es imperativo distinguir
cuidadosamente entre los ritmos de la floración y los ritmos de
la decadencia en cada cosa específica. Son diversos los ritmos
de las artes marciales. En primero lugar, conocer los ritmos
correctos y comprender los ritmos erróneos, y discernir los
ritmos apropiados entre los ritmos grandes y pequeños, lentos y
rápidos. Conocer los ritmos de las relaciones espaciales y los
ritmos de inversión. Esos asuntos son especialidades de la
ciencia marcial. A menos que entendáis estos ritmos de
inversión, no podréis confiar en vuestro arte marcial. La forma
de ganar una batalla según la ciencia militar es conocer los
ritmos de los adversarios concretos y utilizar los ritmos que
vuestros adversarios no esperan, produciendo ritmos sin formas a
partir de ritmos de sabiduría. Con la ciencia de las artes
marciales de nuestra escuela expuesta previamente se amplía la
mente de forma natural mediante la práctica diligente día y
noche; transmitiéndola al mundo como una ciencia colectiva e
individual, pongo por escrito por primera vez estos cinco
manuscritos titulados Tierra, Agua, Fuego, Aire y Vacío. Para
las personas que quieran aprender mi ciencia militar, existen
normas para el aprendizaje de este arte: Considerad lo que es
correcto y verdadero. Practicad y cultivad la ciencia.
Familiarizaos con las artes. Conoced los principios del oficio Entended
el perjuicio y el beneficio de cada cosa. Aprended a ver cada
cosa con exactitud. Tomad conciencia de lo que no es obvio. Sed
cuidadosos incluso en los asuntos pequeños.
1.
No hagáis nada que sea inútil.
Hablando en general, la ciencia de
las artes marciales debe practicarse teniendo estos principios en
mente. En esta ciencia particular difícilmente podéis
convertiros en maestros de las artes marciales, a menos que
podáis ver de inmediato en un contexto amplio. Una vez que
hayáis aprendido este principio, no deberíais ser derrotados en
ningún combate individual contra veinte o treinta adversarios.
Ante todo, mantened las artes marciales en vuestro espíritu y
trabajad diligentemente de una forma directa; entonces podréis
vencer con vuestras manos y también podréis derrotar a los
demás viendo con vuestros ojos. Es más cuando refinéis vuestra
práctica hasta el punto de alcanzar la libertad de todo el
cuerpo, podréis vencer a los demás por medio de vuestro cuerpo.
Y puesto que vuestro espíritu está entrenado en esta ciencia,
podréis también vencer a los demás por medio del espíritu.
Cuando alcancéis este punto, ¿cómo podríais ser derrotados
por los demás? De la misma forma, la ciencia militar a gran
escala consiste en un asunto de ganar conservando a la gente
buena, empleando gran número de personas, de ganar en la actitud
correcta de la conducta personal, de ganar en gobernar a las
naciones, de ganar en cuidar del pueblo humilde, de ganar en el
cumplimiento de las costumbre sociales. En cualquier campo de
actividad, el conocimiento de cómo evitar la derrota frente a
los demás, cómo ayudarse a sí mismo y cómo incrementar el
propio honor es parte de la ciencia militar.
El Manuscrito del Agua
El núcleo de la escuela de los
Dos Cielos de las artes marciales se basa en el agua; y al poner
los métodos del arte de la ventaja en práctica, llamo a éste
el Manuscrito del Agua, y en él escribo el sistema del sable
largo de nuestra escuela. Es absolutamente imposible
escribir esta ciencia con la precisión con la que la entiendo en
mi corazón. Sin embargo, aunque las palabras sean insuficientes,
los principios deben ser evidentes por sí mismos. En cuanto a lo
que está escrito aquí, podéis deteneros sobre cada una de las
palabras. Si pensáis en ellas de una manera general,
malinterpretáis muchas cosas. En lo que respecta a los
principios de las artes marciales, aunque he escrito en varios
lugares en términos de duelo entre dos personas, es esencial
entenderlas en términos de batallas entre dos ejércitos,
viéndolas a amplia escala. En esta forma de vida en
particular, si erráis el camino, aunque sea ligeramente, si os
desviáis de la vía justa, caeréis en estados
negativos. La ciencia de las artes marciales no consiste
simplemente en leer estos escritos. Al aceptar personalmente lo
que está escrito aquí, no penséis simplemente que estáis
leyendo o aprendiendo, no hagáis ninguna imitación; tomad los
principios como si estuvierais descubriéndolos por vuestro
propio espíritu, identificaos con ellos constantemente y
trabajad sobre ellos cuidadosamente.
La actitud del espíritu en
las artes marciales
En la ciencia de las artes
marciales, el estado de espíritu debe seguir siendo el mismo que
en la vida cotidiana; lo mismo que cuando practicáis las artes
marciales, no permitáis que haya ningún cambio: con el
espíritu abierto y directo, ni tenso ni demasiado relajado,
manteniendo la mente centrada de forma que no haya desequilibrio,
relajad tranquilamente vuestra mente y saboread totalmente ese
momento de tranquilidad, de forma que la relajación no se
detenga ni siquiera un instante. Aunque estéis tranquilos,
vuestro espíritu está alerta, aunque estéis apremiados,
vuestro espíritu no esta apremiado. La mente no es arrastrada
por el cuerpo, y el cuerpo no es arrastrado por la mente. Poned
atención a la mente, no al cuerpo. No permitáis que haya
insuficiencia ni exceso en vuestra mente. Aunque superficialmente
tengáis el ánimo débil, permaneced fuertes por dentro y no
dejéis que otros vean vuestra mente. Esto es esencial para
aquellos que son físicamente pequeños para saber cómo ser
grandes, y para aquellos que son físicamente grandes para saber
cómo ser pequeños; tanto si sois físicamente grandes como si
sois pequeños, es esencial mantener vuestro espíritu libre de
desviaciones subjetivas. Dejad vuestro espíritu despejado y
abierto, poniendo vuestro intelecto en un vasto plano. Es
esencial pulir diligentemente el intelecto y el espíritu. Una
vez que hayáis utilizado vuestro intelecto hasta el punto en el
que podéis distinguir lo que es verdad y lo que no lo es en el
mundo, en el que podéis decir lo que es bueno y lo que es malo,
y cuando ya habéis experimentado varios dominios y ya no podéis
ser engañados en absoluto por la gente, vuestro espíritu habrá
quedado imbuido del conocimiento y de la sabiduría del arte de
la guerra. Existe algo especial sobre el conocimiento del
arte de la guerra. Es imprescindible dominar los principios del
arte de la guerra y aprender a permanecer como un espíritu
inmutable incluso cuando estáis en el corazón de la
batalla.
Actitud
física en las artes marciales
En lo que respecta a la apariencia
física, el rostro no debe mirar hacia abajo, hacia arriba ni
ladearse. Vuestra mirada debe ser fija. No arruguéis la frente,
pero formad un surco entre las cejas. Mantened inmóviles los
ojos e intentad no parpadear. Cerrad ligeramente los ojos. Tratad
de mantener una expresión serena en el rostro, con la nariz
recta y la barbilla ligeramente adelantada. La parte
posterior del cuello debe permanecer recta, debe centrarse la
fuerza en la nuca. Sintiendo todo el cuerpo desde los hombros
hacia abajo como una unidad, bajad los hombros, mantened la
columna vertebral recta y no sentéis las nalgas. Concentrad el
poder en las partes inferiores de las piernas desde las rodillas
hasta la punta de los dedos del pie. Tensad el abdomen de forma
que el pecho no se hunda. Existe una enseñanza llamada
"ajustar la cuña", que significa que el abdomen es
sujetado por la vaina del sable corto, de forma que el cinturón
no quede suelto. Hablando en términos generales, es
esencial hacer que vuestro porte general sea el porte que
mantenéis en las artes marciales, y haced que el porte que
mantenéis en las artes marciales sea vuestro porte ordinario.
Esto debe ser considerado con atención.
El enfoque
de los ojos en las artes marciales
Los ojos deben enfocarse para
optimizar el alcance y amplitud de la visión. La observación y
la percepción son dos cosas separadas; el ojo que observa es
más fuerte, el ojo que percibe es más débil. Una especialidad
de las artes marciales es ver de cerca lo que está lejos y ver
lo que está cerca con distancia. En las artes marciales es
importante ser consciente de los sables de los adversarios, de no
mirar dichos sables para nada. Esto cuesta trabajo. Este
asunto de enfocar los ojos es el mismo en la ciencia militar a
pequeña o a gran escala. Es esencial ver ambos lados sin
mover los globos oculares. Cosas como éstas son difíciles
de dominar al mismo tiempo cuando tenéis prisa. Recordad lo que
está escrito aquí, acostumbraos constantemente a este enfoque
de los ojos y encontrad el estado en el que el enfoque de
vuestros ojos no cambia suceda lo que suceda.
Cómo
empuñar el sable largo
Al empuñar el sable largo, el
pulgar y el índice ejercen una ligera presión, el dedo corazón
se mantiene ni demasiado suelto ni demasiado apretado, mientras
que los dedos anular y meñique se mantienen apretados. No debe
haber flojedad en la mano. El sable largo debe empuñarse
con el pensamiento de que es algo para matar al adversario. No
permitáis que cambie vuestra manera de empuñar cuando estéis
golpeando a adversarios, haced que vuestra forma de empuñar sea
de tal manera que vuestra mano no vacile. Cuando golpeéis el
sable del adversario, lo bloqueéis o lo neutralicéis, sólo
debéis modificar ligeramente la posición del pulgar y del
índice; pero en cualquier caso, podréis empuñar vuestro sable
con el pensamiento de matar. Vuestra manera de asir el sable
no debe ser diferente cuando cortéis algo para comprobar su filo
que cuando golpeáis en medio del combate, asiendo siempre el
sable como si fuerais a matar a un hombre. Hablando en
términos generales, hay que evitar el agarrotamiento y la
posición fija, tanto en el sable como en la mano. La posición
fija es el camino de la muerte, la fluidez es el camino de la
vida. Esto es algo que debe ser entendido.
Sobre el
movimiento de los pies
En lo que respecta a los pies,
debéis manteneros firmemente sobre los talones dejando al mismo
tiempo libres los dedos de los pies. Que vuestros pasos sean
largos o cortos, lentos o rápidos, según la situación, pero
debéis caminar siempre como lo hacéis normalmente. Deben
evitarse los pasos inseguros, inconstantes y ruidosos. Entre
los elementos importantes de esta ciencia se halla lo que se
llama pasos complementarios. Pasos complementarios significa que
no os movéis sólo con un pie. Cuando arremetéis, retrocedéis
o incluso cuando paráis un golpe, movéis el pie
derecho-izquierdo-derecho izquierdo, con pasos que se
complementan. Poned atención en no manteneros sólo sobre un
pie. Esto es algo que exige un atento examen.
Cinco
maneras de ponerse en guardia
Las cinco maneras de ponerse en
guardia son la posición superior, la posición media, la
posición inferior, en guardia por la derecha y en guardia por la
izquierda. Aunque pueden dividirse estas formas de guardia en
cinco clases, todas ellas tienen como objetivo matar. No existen
otras formas de guardia además de estas cinco. Cualquiera
que sea la guardia que adoptéis, no penséis en ellas como en
una posición defensiva; consideradla como una parte del acto de
matar. Las posiciones superior, media, inferior, son
guardias sólidas, mientras que las dos posiciones laterales son
guardias fluidas. Las guardias por la derecha y por la izquierda
son adecuadas para lugares en donde no hay espacio por encima de
la cabeza o a los lados. El decidir adoptar la guardia derecha o
izquierda se decide según el caso. Lo que es importante en
este camino es darse cuenta de que es más perfecta la guardia
media. En esta guardia media se encierra toda la ciencia de
ponerse en guardia. Consideradla en términos de ciencia militar
a gran escala: el centro corresponde a la posición del general,
mientras que las otras cuatro guardias le siguen. Esto debe
examinarse atentamente.
La vía del
sable largo
Conocer la vía del sable largo
significa que aunque estés sosteniendo el sable con dos dedos,
sabréis cómo hacerlo y blandirlo fácilmente. Cuando
intentéis blandir rápidamente el sable largo, os desviáis de
la vía del sable largo y, por tanto, es difícil de manejar. El
asunto consiste en blandir el sable largo tranquilamente, de
forma que sea fácil de hacer. Cuando intentáis manejar con
rapidez el sable largo, de la misma forma que podéis utilizar un
abanico o un sable corto os desviáis de la vía del sable largo,
de forma que es difícil de blandir. A esto se llama
"trinchar con el sable corto" y es ineficaz para matar
a un hombre con el sable largo. Cuando golpeáis hacia abajo
con el sable largo, retiradlo de una forma cómoda. Cuando lo
blandís a los costados, volvedlo a su posición inicial de la
forma convencional. Estirad el codo lo más posible y blandir con
la fuerza es la vía del sable largo.
Procedimientos
de las cinco técnicas convencionales
Primera técnica
La guardia se halla en la
posición media, con la punta del sable apuntando hacia el rostro
del adversario. Cuando cerráis filas contra el adversario, y
éste golpea con el sable largo, contrarrestad su ataque
desviándolo hacia la derecha. Cuando el adversario golpea de
nuevo, haced retroceder la punta de su sable hacia atrás y hacia
arriba; dejad vuestro sable como está, una vez que ha rebotado
hacia abajo, hasta que el adversario ataque de nuevo; en ese
momento golpeáis las manos del adversario desde abajo. Las
cinco técnicas convencionales son difíciles de entender sólo
escribiendo sobre ellas. Las cinco técnicas convencionales deben
de ser practicadas con el sable en la mano. Mediante estas cinco
nociones generales del sable, conoceréis mi ciencia sobre su
manejo y serán también evidentes las técnicas empleadas por
los adversarios. Quiero decir que no existen más que cinco
guardias en el método de Los Dos Sables en la esgrima. El
entrenamiento y la práctica son imprescindibles.
Segunda técnica
La guardia se halla en la
posición superior, y golpeáis al adversario en el mismo momento
en que éste intenta golpearos. Si vuestro sable no da al
adversario, dejadlo por unos instantes, hasta que éste ataque de
nuevo. En ese momento golpeáis por debajo haciendo un barrido
hacia arriba. El mismo principio puede aplicarse cuando ataquéis
de nuevo. Dentro de esta técnica existe diversos estados de
espíritu y varios ritmos. Si practicáis el entrenamiento de mi
escuela por medio de lo que subyace en esta técnica, obtendréis
un conocimiento completo de las cinco formas de esgrima y
podréis vencer en cualquier circunstancia. Sólo requiere
práctica.
Tercera técnica
El sable se mantiene en la
posición inferior; con la determinación de tomar los asuntos en
mano; cuando el adversario ataca de nuevo; cuando intente haceros
perder el sable, llevadlo hacia arriba al mismo ritmo, y
seguidamente golpead sus brazos a ambos lados después de que
haya atacado. La cuestión es abatir de una vez al adversario
desde la posición inferior, justo en el momento en el que él
golpea. La guardia con el sable en la posición inferior es algo
que aparece al principio y posteriormente en el proceso de la
práctica de esta ciencia; ésta debe de ser practicada con el
sable en la mano.
Cuarta técnica
Se mantiene el sable
horizontalmente al lado izquierdo, para golpear las manos del
adversario desde abajo cuando él intenta atacar. Cuando el
adversario intenta haceros perder el sable golpeando hacia arriba
desde abajo, bloquead la trayectoria de su sable inmediatamente,
con la idea de herir sus manos y cortar diagonalmente hacia
arriba, hacia vuestro hombro. Ésta es la forma de manejar un
sable largo. Ésta es también la forma de vencer, bloqueando la
trayectoria del sable del adversario si éste intenta atacar de
nuevo. Esto debe considerarse atentamente.
Quinta técnica
El sable se mantiene
horizontalmente a la derecha. Cuando localizáis el ataque del
adversario, blandís vuestro sable desde el lado inferior en
diagonal hacia arriba hasta la posición de guardia superior, y
después golpeáis directamente desde arriba. Esto es también
esencial para adquirir la maestría en la utilización del sable
largo. Cuando podáis empuñar un sable conforma a esta técnica,
podréis empuñar con libertad un sable largo y
pesado. Estas cinco técnicas convencionales no deben ser
descritas con detalle. Para comprender la utilización del sable
largo en mi escuela, y comprender también de forma general los
ritmos y distinguir las tácticas de esgrima de los adversarios,
primero utilizad estas cinco técnicas para desarrollar
constantemente vuestras habilidades. Incluso cuando luchéis
contra adversarios, perfeccionad el uso del sable largo,
sintiendo el espíritu del adversario, utilizando los diversos
ritmos y obteniendo la victoria de cualquier forma. Esto exige un
atento discernimiento.
Sobre la
enseñanza de tener una posición sin tenerla
Tener una posición sin tenerla, o
una guardia sin guardia, significa que el sable largo no debe ser
mantenido en una posición fija. Sin embargo, puesto que existen
cinco formas de colocar el sable, las guardias deben conformarse
a ellas. Dónde mantenéis el sable depende de vuestra relación
con el adversario, depende del lugar y debe adecuarse a la
situación; siempre que lo empuñéis, la idea que ha de tenerse
en mente es que debe ser fácil matar al adversario. A
veces, en la posición de guardia superior se desciende un poco,
de forma que se convierte en una posición media, mientras que la
guardia media puede elevarse un poco, dependiendo de la ventaja
que se obtenga de ello, de forma que se convierte en una
posición superior. En ocasiones, la guardia inferior también se
eleva un poco, para convertirse en una posición media. Las dos
posiciones laterales pueden también desplazarse un poco hacia el
centro, dependiendo de si estáis frente a frente con vuestro
adversario, obteniendo como consecuencia bien una guardia media o
una guardia inferior. De esta forma, el principio consiste
en tener una posición en guardia sin tener una posición. Ante
todo, cuando levantáis el sable, en cualquier caso la idea es de
matar al adversario. Aunque interceptemos, golpeemos o bloqueemos
el golpe del sable del adversario, e inmovilicemos u obstruyamos
su trayectoria, todos estos movimientos son oportunidades para
cortar al adversario. Hay que entender esto. Si pensáis en
interceptar, golpear, bloquear, inmovilizar u obstruir la
trayectoria, con ello seréis incapaces de matar. Es esencial
pensar en todo como una oportunidad de matar. Esto debe ser
considerado atentamente. En la ciencia militar a gran
escala, la disposición de las tropas es también un asunto de
colocación. Por ello, cada caso es una oportunidad para ganar
una guerra. La posición fija es mala. Esto debe de ser trabajado
con profundidad.
Golpear al
adversario en un solo compás
Entre los ritmos utilizados para
golpear a un adversario existe lo que se llama un solo compás.
Encontrando una posición en la que podéis alcanzar al
adversario, dándonos cuenta del momento en el que éste todavía
no ha decidido qué hacer, golpeáis directamente, lo más
rápidamente posible, sin mover vuestro cuerpo ni fijar vuestra
atención. El golpe con el que golpeáis al adversario antes
de que haya pensado en retirarse, parar el golpe o golpear se
llama un solo compás. Una vez que habéis aprendido bien este
ritmo, debéis practicar el golpe intermedio de una forma
rápida.
El ritmo de
la segunda primavera
Se da cuando estáis a punto de
golpear y el adversario retrocede rápidamente o para el golpe;
fingid un ataque y después golpead al adversario cuando se
relaja después de la tensión. Éste es el golpe de la segunda
primavera. Será muy difícil llevar a cabo este golpe
simplemente leyendo este libro. Es algo que debéis entrenar una
vez que habéis recibido la instrucción.
Golpear sin
pensamiento ni forma
Cuando vuestro adversario va
atacar, vosotros os disponéis a hacer lo mismo, vuestro cuerpo
tiene una posición ofensiva y vuestra mente está también a la
ofensiva; vuestras manos golpean espontáneamente a partir del
espacio con una velocidad y una fuerza añadidas. A esto se llama
golpear sin pensamiento ni forma, y es el golpe más importante.
Os encontraréis con este golpe una y otra vez. Es algo que
requiere ser bien aprendido y perfeccionado con la
práctica.
El golpe del curso del agua
El golpe del curso del agua se
utiliza cuando estáis frente a frente con el adversario y éste
intenta retroceder, esquivar o parar vuestro sable rápidamente:
expandiendo el cuerpo y la mente, blandís el sable desde detrás
de vosotros de una forma completamente relajada, como si
dudarais, y golpeáis con un golpe fuerte y poderoso. Una
vez que hayáis aprendido esta clase de golpe, con toda certeza
es fácil golpear. Es esencial distinguir la posición del
adversario.
El golpe al
azar
Cuando lanzáis una ofensiva y el
adversario intenta detener o parar el golpe, golpeáis su cabeza,
manos y pies de una sola vez. Golpear donde podéis con un solo
golpe del sable largo se llama golpear al azar. Cuando aprendáis
este golpe, os daréis cuenta que siempre es útil. Es algo que
exige un discernimiento exacto en el transcurso de un
duelo.
El golpe centella
El golpe centella se produce
cuando el sable de vuestro adversario y vuestro sable están
bloqueados juntos y golpeáis lo más fuerte que podéis sin
levantar en absoluto vuestro sable. Hay que golpear rápidamente,
poniendo la fuerza en las piernas, el torso y las
manos. Este golpe es difícil de realizar sin una práctica
repetida. Si lo cultiváis hasta la perfección, tiene un
poderoso impacto.
El golpe de las hojas
carmesí
La idea del golpe de las hojas
carmesí consiste en golpear el sable del adversario desviándolo
hacia abajo, subiendo de nuevo vuestro sable. Cuando un
adversario está blandiendo un sable ante vosotros intentando
atacar, golpear o defenderse, golpeáis con fuerza el sable del
adversario con el espíritu de "golpear sin pensamiento y
sin forma" o incluso el del "golpe centella".
Cuando ejecutáis correctamente esta técnica, golpeando con la
punta del sable hacia abajo (kissakisagari), el sable de
vuestro adversario caerá irremediablemente. Si cultiváis
este ataque hasta la perfección, os será fácil hacer caer un
sable. Esto debe ser bien practicado.
El cuerpo en lugar del sable
En ese sentido, el cuerpo también
puede ser llamado el cuerpo que sustituye al sable. En general,
cuando tomáis la ofensiva, vuestro sable y vuestro cuerpo no se
lanzan al ataque simultáneamente. Dependiendo de vuestras
oportunidades de golpear al adversario, primero adoptáis una
postura ofensiva con vuestro cuerpo, y vuestro sable golpea con
independencia de vuestro cuerpo. A veces, podéis golpear
con vuestro sable sin mover el cuerpo, pero generalmente éste
inicia primero la ofensiva, seguida por el golpe del sable. Esto
requiere una observación y práctica atentas.
Golpear y alcanzar
Por golpear y alcanzar
quiero dar a entender dos cosas diferentes. El sentido de golpear
consiste en que, sea cual fuere el golpe que empleéis, lo
hacéis de una manera deliberada y certera. Alcanzar
significa algo como chocar con alguien. Aunque alcancéis a
vuestro adversario de forma tan grave que muera en el acto, esto
significa alcanzar. Un golpe se produce cuando vosotros
consciente y deliberadamente asestáis el golpe que queréis dar.
Esto exige inspección y reflexión. Alcanzar a un
adversario en las manos o en las piernas significa
"tocarle" primero, para asestar un poderoso golpe tras
esa rozadura. Alcanzar significa algo así como
"sondear". Si realmente aprendéis a dominar esto,
será algo extraordinario. Esto cuesta trabajo.
El cuerpo del mono de brazos
cortos
La postura del mono de brazos
cortos significa no alcanzar con la mano. La idea consiste en que
cuando estáis cerca de un adversario, lo alcancéis
rápidamente, antes de que éste ataque, sin avanzar en absoluto
las manos. Cuando intentáis avanzarlas, vuestro cuerpo se
queda invariablemente detrás. Así pues, la idea consiste en
mover todo el cuerpo rápidamente para entrar en la defensa del
adversario. Es fácil llegar al cuerpo a cuerpo si está al
alcance de la mano. Esto debe ser investigado con
atención.
El cuerpo pegado
Esto significa entrar en el
espacio de un adversario y pegarse rápidamente a él. Cuando
entráis dentro de las defensas del adversario, debéis pegaros
con fuerza a su cabeza, a su cuerpo y a sus piernas. La mayoría
de las personas consiguen hacerlo rápidamente con su cabeza y
sus piernas, pero el cuerpo se queda atrás. Pegarse a un
adversario significa que os pegáis con tanta proximidad que no
dejáis espacio entre vuestros cuerpos. Esto debe ser investigado
cuidadosamente.
Competir en estatura
Significa que cuando estáis cerca
de un adversario, bajo cualquier circunstancia, estiráis las
piernas, el pecho y el cuello de forma que vuestro cuerpo no se
contraiga, acercándoos a él con fuerza, ponéis vuestro rostro
a la altura del rostro del adversario, como si quisierais
comparar la estatura y demostrar que sois el más alto de los
dos. El punto esencial consiste en maximizar vuestra altura y
acercaros totalmente. Esto exige un trabajo cuidadoso.
Adherirse
Cuando vuestro adversario y
vosotros atacáis, y vuestro adversario detiene vuestro ataque,
la idea es acercaros con vuestro sable pegado a su sable.
Adherirse significa que es difícil separar el sable. Debéis
mantenerlo pegado con mucha fuerza. Se trata de mantener el sable
como si estuviera pegado, cuando os acercáis, con independencia
de la tranquilidad con que os mováis. Existe el estar
pegado y existe el estar trabado. Estar pegado es más fuerte que
el estar trabado. Estas cosas deben ser distinguidas.
El ataque con el cuerpo
Se produce cuando os acercáis al
costado del adversario y golpeáis con vuestro cuerpo. Ladeando
ligeramente vuestro rostro y avanzando vuestro hombro izquierdo,
lo golpeáis en el pecho. Al golpearlo, ejerced toda la
fuerza posible con vuestro cuerpo; al golpear, la idea consiste
en acercarse con un salto en el momento de máxima
tensión. Una vez que habéis aprendido a acercaros de esta
manera, podéis proyectar al adversario varios metros hacia
atrás. Es incluso posible golpear a un adversario con tanta
fuerza que éste muera. Esto exige un total entrenamiento y
práctica.
Tres clases de parada
Cuando atacáis a un adversario,
para parar el golpe de su sable, haciendo como si quisierais
herirlo en los ojos, desviáis su sable hacia vuestra derecha con
vuestro sable, parando así el ataque. También existe lo
que se llama la parada de apuñalamiento. Haciendo como si
quisierais apuñalar al adversario en el ojo derecho, con la
intención de cortar su cuello, paráis el golpe del sable del
adversario con una estocada de apuñalamiento. Igualmente,
cuando un adversario ataca y vosotros os acercáis con un sable
corto, sin prestar mucha atención a parar el ataque con el
sable, os acercáis a él como si quisierais golpear su rostro
con vuestra mano izquierda. Éstas son las tres clases de
parada. Esto es algo que exige un completo entrenamiento y
práctica.
Apuñalar la cara
Cuando estáis igualados con un
adversario, es esencial conservar en mente apuñalarles la cara
con la punta de vuestro sable en los intervalos que existen entre
los golpes del sable de vuestro adversario y vuestros propios
golpes. Cuando tenéis la intención de apuñalar la cara de
vuestro adversario, éste intentará poner el cuerpo y su rostro
fuera de alcance. Cuando lográis que vuestro adversario haya
retrocedido, habéis conseguido varias ventajas de las que os
podéis servir para ganar. Debéis trabajar esto
cuidadosamente. En medio de la batalla cuando un adversario
intente ponerse fuera de alcance, ya habéis ganado. Por ello es
imprescindible no olvidar la táctica de "apuñalar la
cara". Esto debe cultivarse en el transcurso de la práctica
de las artes marciales.
Apuñalar el corazón
Apuñalar el corazón se utiliza
cuando se combate en un lugar donde no hay espacio para hacer
movimientos cortantes de sable por encima de la cabeza hacia los
lados, de forma que apuñaláis al adversario. Para hacer fallar
el sable del adversario, tenéis que dirigir la parte montante de
vuestro sable directamente hacia vuestro adversario, haciéndolo
retroceder un poco, de forma que el sable no se descentre y se
pueda hundir en su pecho. Este movimiento es especialmente
útil cuando estáis cansados o cuando vuestro sable no corta. Es
imprescindible discernir cada caso de una forma experta.
El grito
Dos clases de gritos (katsu
y totsu) se utilizan cuando lanzáis un ataque para vencer
a un adversario y éste responde; surgiendo desde abajo como si
fuerais a apuñalar al adversario, ejecutáis un
contraataque. En cualquier caso, lanzáis los dos gritos
sucesiva y rápidamente. La idea consiste en apuñalar hacia
arriba con un katsu y después golpear con un totsu. Este
movimiento puede utilizarse siempre en un duelo. La forma de
alcanzar ambos gritos es elevando la punta del sable en el
sentido de apuñalar y entonces golpear inmediatamente mientras
se eleva el sable. El ritmo debe practicarse bien y examinado
atentamente.
La parada con golpe
Cuando intercambiáis golpes con
un adversario en un duelo y golpeáis en el sable del adversario
con vuestro propio sable cuando él golpea, a esto se le llama la
parada con golpe. La idea de parar con un golpe no es la de
golpear muy fuerte, ni la de sostener o bloquear; respondiendo al
ataque del sable del adversario, asestáis un golpe en el sable
que golpea e inmediatamente atacáis al adversario. Es
esencial ser el primero en golpear. Si el ritmo de vuestro ataque
de parada es correcto, por poderoso que sea el golpe de vuestro
adversario, mientras que tengáis intención mantenida de
golpear, no se inclinará la punta de vuestro sable. Esto debe
aprenderse con la práctica y examinarse cuidadosamente.
Una posición contra muchos
adversarios
Una posición contra muchos
adversarios se presenta cuando el individuo lucha solo contra un
grupo. Manejando tanto el sable largo como el sable corto, lo
mantenéis a la izquierda y a la derecha extendiéndolos
horizontalmente. La idea es que si los adversarios os llegan de
los cuatro costados, los obliguéis a situarse en un solo
lugar. Cuando distinguís el orden en el que os atacan los
adversarios, ocuparos de aquellos que van en vanguardia primero;
manteniendo un ojo sobre toda la situación, y determinando las
posiciones desde las que los adversarios lanzan sus ataques,
blandiendo ambos sables al mismo tiempo sin que interfieran entre
sí, es erróneo esperar. La idea consiste en adoptar
inmediatamente la posición de alerta con ambos sables preparados
a los lados cuando un adversario avanza, para bloquearlo con un
poderoso ataque, dominarlo y después volverse al próximo
adversario que llega y partirlo por la mitad. Intentad
reunir a vuestros adversarios en una sola línea cuando parecen
estar retrocediendo, y atacad con fuerza sin permitir un momento
de descanso. Será difícil avanzar si os limitáis a atacar
a vuestros adversarios en masa. Entonces, una vez más, si
pensáis vencerlos uno tras otro a medida que van llegando,
tendréis una sensación de espera y dificultades en vuestro
avance. Se trata de ganar sintiendo los ritmos de los adversarios
y sabiendo dónde fallan. Si tenéis de vez en cuando un
grupo de practicantes y aprendéis cómo arrinconarlos, es
posible dominar a un adversario, a diez, o incluso a veinte, si
se mantiene la paz de espíritu, esto exige una total práctica y
consideración.
La ventaja en el duelo
La ventaja en el duelo significa
comprender cómo obtener la victoria utilizando el sable largo
según las leyes de las artes marciales. Esto no puede ser
escrito con detalle; uno debe darse cuenta de cómo ganar por
medio de la práctica. Ésta es la utilización de l sable largo
que revela la verdadera ciencia de las artes marciales; es
transmitida verbalmente.
El golpe único
Esto significa obtener la victoria
con certeza mediante la precisión de un solo golpe. Esto no
puede comprenderse son aprender bien las artes marciales. Si
practicáis este golpe convenientemente, dominaréis las artes
marciales y esto será una forma de alcanzar la victoria a
voluntad. Estudiadlo cuidadosamente.
El estado de penetración
directa
El espíritu de penetración
directa es algo que se transmite cuando uno recibe la verdadera
vía de la escuela de los Dos Sables. Es esencial practicar bien,
así como entrenar el cuerpo en esta ciencia militar. Esto se
transmite verbalmente.
Epílogo
Lo expuesto anteriormente es una
explicación general de las artes de la esgrima de mi escuela,
que he recogido en este manuscrito. En la ciencia militar,
la forma de aprender cómo empuñar el sable largo y obtener la
victoria sobre los demás empieza con la utilización de las
cinco técnicas convencionales para aprender las cinco clases de
guardia, y después aprender cómo manejar un sable largo y
obtener una libertad total de movimientos, agudizando el
espíritu para discernir los ritmos de la vía y poder tomar por
sí mismo el sable. Cuando sois capaces de mover el cuerpo y los
pies según vuestra voluntad, le ganáis a una persona y después
a otra, y así llegáis a discernir lo que es bueno y lo que es
malo en las artes marciales. Estudiando y practicando cada
aspecto de este libro, luchando contra otros adversarios,
paulatinamente comprendéis los principios de esta ciencia;
manteniéndola en vuestro espíritu continuamente, sin una
sensación de apresuramiento, aprendiendo sus virtudes siempre
que surja la oportunidad, aceptando combatir con cualquier clase
de adversario en los duelos, aprendiendo el corazón de la
ciencia, aunque sea un camino de 1.600 kilómetros, dais un paso
cada vez. Pensando pausadamente, comprendiendo que es
obligación de los guerreros practicar esta ciencia, decidid que
hoy venceréis el yo del día anterior, y que mañana ganaréis a
aquellos que tienen menos capacidad, y posteriormente venceréis
a aquellos que tienen más capacidad. Practicando de acuerdo con
este libro, debéis tomar la decisión de no dejar que vuestra
mente se distraiga. Por muchos adversarios que venzáis,
mientras hagáis algo en contra del entrenamiento, no estaréis
en la verdadera vía. Cuando este principio llega al espíritu,
entendéis cómo vencer incluso a docenas de adversarios por
vosotros mismos. Una vez que lo hacéis, también sois capaces de
captar los principios de la ciencia militar individual o a gran
escala por medio del poder del conocimiento del arte del
sable. Esto es algo que exige una total consideración, con
mil días de práctica para el entrenamiento y diez mil días de
práctica para refinarlo.
El Manuscrito del Fuego
En la ciencia militar de la
escuela de los Dos Sables se piensa en el combate como en un
fuego. Las cuestiones concernientes a la victoria y a la derrota
en la batalla se consideran como algo que pertenece al Manuscrito
del Fuego y por ello están escritas aquí. Para empezar,
las gentes piensan en los principios de la ventaja en las artes
marciales con una mente estrecha. Algunos saben cómo
aprovecharse de un golpecito en el pecho, utilizando las puntas
de los dedos, otros saben cómo ganar sirviéndose de un abanico
mediante un movimiento a tiempo del antebrazo. Utilizando
igualmente un sable de bambú o algo parecido, parecen aprender
la ventaja menor de la velocidad, entrenando sus manos y pies de
esta forma, concentrándose en el intento de aprovecharse de un
poco más de velocidad. En lo que respecta a mi ciencia
militar, he distinguido los principios de la vida y de la muerte
a través de numerosos duelos en los que he puesto mi vida en
peligro, aprendiendo la ciencia del sable, llegando a conocer la
fuerza y la debilidad de los golpes del sable del adversario,
comprendiendo las diversas utilizaciones del filo y del revés de
éste y practicando cómo matar a los adversarios. En el
transcurso de esta acción, nunca me ocurrieron percances tontos.
Especialmente cuando uno se halla en pleno combate con armadura,
uno no piensa en pequeñas cosas. Además, luchar solo
contra cinco o diez personas en duelos a vida o muerte y
encontrar una forma segura de vencerlos es el meollo de mi
ciencia militar. Así, ¿cuál es la diferencia entre la lógica
de alguien quien vence a diez personas y la de mil personas que
vencen a cien mil? A esto hay que prestarle una auténtica
consideración. Sin embargo, es imposible reunir a mil o
diez mil personas para practicar cada día con el objeto de
aprender esta ciencia. Aunque os estéis ejercitando solos con un
sable, descubrid el conocimiento y las tácticas de todos los
adversarios, conoced sus movimientos fuertes y débiles,
averiguad cómo vencer a cada cual por medio del conocimiento y
del carácter de la ciencia militar, y os convertiréis en
maestros de esta vía. ¿Quién podría en el mundo alcanzar
la penetración directa de mi ciencia militar? Entrenándose y
depurando la técnica día y noche con la determinación de
llegar posteriormente a su perfección, luego de perfeccionada,
uno llega a una libertad excepcional, logra maravillas y llega a
estar dotado de poderes inconcebibles de penetración. Es así
como la ley cósmica se cumple a través de las artes
marciales.
La posición física
Al dirigir la situación de la
posición física, existe lo que se conoce como situarse de
espaldas al sol. Esto significa que tomáis una posición con el
sol detrás de vosotros. Si la situación no os permite mantener
al sol a vuestra espalda, entonces debéis luchar por mantenerlo
a vuestra derecha. Esto también es válido para los
combates a puerta cerrada, en los que debéis mantener la luz a
vuestra espalda o a vuestra derecha. Es deseable asegurarse de
que no hay nada que se interponga en vuestro camino a vuestra
espalda, y de que hay mucho espacio a vuestra izquierda, tomando
una posición de tal forma que el espacio más estrecho quede a
vuestra derecha. Del mismo modo por la noche, cuando podéis
ver a vuestros adversarios, tomad vuestra posición con los
fuegos a vuestra espalda y las luces a vuestra derecha, como se
ha dicho anteriormente. Con el objeto de "mirar desde
arriba al enemigo, entended que debéis tomar vuestra posición
en el terreno más elevado, incluso aunque sea sólo ligeramente
más elevado. En sitios cerrados, el lugar de honor debe
considerarse el lugar más elevado. De cualquier forma,
cuando se trata de la batalla, la idea es empujar a los
adversarios hacia vuestra izquierda. Es esencial asegurarse de
que los obstáculos quedan a espaldas de vuestros adversarios,
después forzadlos hacia él de cualquier forma que
podáis. Cuando conseguís que los adversarios retrocedan
hacia el obstáculo, para impedirles que vean la situación,
atacad sin pausa de forma que no puedan mirar alrededor. Esto de
no dejar a los adversarios observar la situación se aplica
también en sitios cerrados, cuando estáis empujándolos hacia
pórticos, columnas, puertas, puertas corredizas, balaustradas,
pilares u otros obstáculos. En cualquier caso, la
dirección en la que acorraláis a los adversarios debe ser hacia
lugares en los que el apoyo de sus pies sea malo o donde haya
algún obstáculo a uno de los dos lados. Utilizad cualquier
ventaja del terreno que podáis, concentrándonos en aprovecharos
de la situación. Esto es algo que requiere una reflexión y una
práctica cuidadosa y total.
Tres maneras de tomar la
iniciativa
Existen tres formas de tomar la
iniciativa. Una consiste en adelantarse atacando al adversario
por propia iniciativa; a esto se le llama adelantarse a partir
del estado de suspensión. Otra forma es adelantarse al
adversario que os está atacando; a esto se llama adelantarse a
partir del estado de espera. Pero otra se presenta cuando el
adversario y vosotros atacáis simultáneamente; a esto se llama
adelantarse en un estado de confrontación
recíproca. Éstas son las tres formas de tomar una
iniciativa. Al principio de cualquier batalla, no existen otras
posibilidades salvo estas tres iniciativas. Puesto que se trata
de obtener la victoria rápidamente adelantándose, la toma de la
iniciativa es una cosa fundamental en las artes marciales.
Existen muchos detalles concernientes a la toma de la
iniciativa, pero no pueden escribirse totalmente porque es una
cuestión de poner prioridad en el modelo de cada ocasión
concreta, percibiendo la intención de los adversarios y
utilizando vuestro conocimiento de las artes marciales para
vencer. En primer lugar está la toma de iniciativa a partir
del estado de suspensión. Cuando queréis atacar, os mantenéis
tranquilos y en calma, y después saltáis sobre vuestro
adversario atacándole repentina y rápidamente. Podéis tomar la
iniciativa siendo externamente poderosos y rápidos, pero
internamente manteniendo reservas. Podéis también dar el salto
elevando al máximo vuestro espíritu, acelerando el paso un poco
y llevando a cabo un ataque violento en el instante que os
acercáis a él. Podéis también ganar dejando errar vuestra
mente, con la firme intención de pasar al asalto desde el
principio hasta el final, obteniendo la victoria inicial por la
fuerza determinante del corazón. Todos estos son ejemplos de
iniciativas a partir del estado de suspensión. La segunda
es la toma de iniciativa a partir del estado de espera. Cuando
llega el adversario a vosotros, no reaccionéis, sino mostraos
débiles: entonces, cuando el adversario se acerca, saltáis con
un poderoso salto, casi como si fuerais a volar; después, cuando
veis que el adversario golpea, pasáis directamente a la
ofensiva. Ésta es una forma de tomar la iniciativa. Igualmente,
cuando el adversario ataca y vosotros contrarrestáis con fuerza
el ataque, en el momento en que sentís un cambio en el ritmo del
ataque del adversario, podéis obtener la victoria en ese mismo
instante a partir del estado de espera. La tercera es la
iniciativa en el estado de confrontación recíproca. En el caso
en que el adversario ataca rápidamente, vosotros atacáis con
calma, pero con fuerza; cuando el adversario se acerca, tensáis
vuestro porte con absoluta resolución, y cuando el adversario da
muestras de debilidad, arremetéis contra él inmediatamente con
fuerza. Después, una vez más, cuando un adversario ataca con
calma y tranquilamente, acelerad vuestro propio ataque
ligeramente, con vuestro cuerpo ligeramente relajado; cuando el
adversario se acerca, golpeadle de repente y después, según su
situación, arremeted contra él poderosamente venciéndole.
Ésta es la iniciativa en un estado de confrontación
recíproca. Estos movimientos son difíciles de escribir con
detalle. Deben trabajarse en líneas generales tal como se ha
escrito aquí. Estas tres formas de iniciativa dependen del
tiempo y de la lógica de la situación. Aunque no seáis siempre
los que atacáis, en igualdad de condiciones debéis tomar
siempre la iniciativa y poner al adversario a la
defensiva. En cualquier caso, la idea de adelantarse
consiste en obtener una victoria certera, gracias al poder del
conocimiento de las artes marciales. Éste debe cultivarse y
refinarse minuciosamente.
"Sujetar la almohada"
Sujetar la almohada significa no
dejar que alguien levante cabeza. En las artes marciales, en el
transcurso de un duelo, es malo ser manejado por los demás. Es
deseable manejar a los adversarios con libertad, por cualquier
medio a vuestro alcance. Sin embargo, los adversarios
estarán pensando lo mismo, y vosotros también tenéis esta
intención, pero es imposible tener éxito en esto sin comprender
lo que los demás están haciendo. Las artes marciales
incluyen detener los golpes de un adversario, bloquear sus
ataques y deshacer sus presas. "Sujetar la almohada"
significa que cuando habéis alcanzado realmente el dominio de mi
ciencia y estáis luchando contra un adversario, siempre que
éste dé muestras de intentar hacer un movimiento, lo percibís
antes de que actúe. Detener el ataque de un adversario desde el
inicio, no dejándole seguir hasta el final es lo que significa
"sujetar la almohada". A modo de ilustración,
impedís que el ataque del adversario, por ejemplo, a partir de
la letra a; impedís el salto del adversario a partir de
la letra s, e impedís el corte del adversario a partir de
la letra c. Todos esto ejemplos lo son de la misma
idea. Siempre que los adversarios intenten atacaros,
dejadlos continuar y haced algo que sea inusual, al mismo tiempos
que les impedís hacer algo que sea útil. Esto es esencial en la
ciencia militar. En este punto, si intentáis reprimir a los
adversarios, ya estáis retrasados. Lo fundamental es que hagáis
técnicamente cualquier cosa que hagáis, socavando en su raíz
el primer impulso del adversario. Manipular a los adversarios de
esta forma es dominar el arte de la guerra, lo cual se consigue
con la práctica. Realizar la técnica de "sujetar la
almohada" exige un atento examen.
Atravesar un brazo de mar
Cuando atravesáis el mar, existen
lugares llamados estrechos. Pero también hay lugares de veinte o
treinta kilómetros de ancho que atravesáis en el mar y que se
llaman brazos de mar. Caminando por el mundo de los humanos, a lo
largo de la vida se presentan muchas situaciones que podrían
llamarse atravesar un brazo de mar. En las rutas marítimas,
sabiendo dónde están los brazos de mar, conociendo el estado de
las embarcaciones y del tiempo, e incluso sin navegar en
compañía de otras embarcaciones, os adaptáis al estado de
tiempo, aprovechándoos a veces de los vientos, consiguiendo en
ocasiones incluso vientos favorables, sabiendo que si el viento
cambia puedes alcanzar el puerto a remo, os ponéis al mando del
barco y atravesáis el brazo de mar. Con esa actitud, al
pasar por el mundo de los seres humanos, debéis tener el
sentimiento de atravesar un brazo de mar en situación de
emergencia. En las artes marciales, en medio de la batalla,
es también esencial "atravesar el brazo de mar".
Sintiendo el estado de los adversarios, conscientes de vuestra
propia maestría, atravesáis el brazo de mar gracias a los
principios apropiados, lo mismo que un capitán avezado recorre
la ruta marítima. Habiendo atravesado el brazo de mar,
además estamos con el espíritu en paz. Para
"atravesar un brazo de mar", poned al adversario en
posición de debilidad y arremeted; entonces ganaréis en general
muy rápidamente. Ya se trate de ciencia militar a gran escala o
de las artes marciales individuales, el sentido de atravesar un
brazo de mar es esencial. Debe ser saboreado profundamente.
Conocer el estado de las
cosas
En la ciencia militar a gran
escala, conocer el estado de las cosas significa discernir el
auge y la decadencia de los adversarios, distinguiendo las
intenciones de las tropas enemigas y percibiendo su condición,
exhibiendo claramente el estado de las cosas, determinando cómo
desplegar vuestras propias tropas y, de este modo, cómo obtener
una victoria certera mediante los principios de la ciencia
militar, librando la batalla con el conocimiento de lo que viene
a continuación. En las artes marciales individuales, vosotros
determináis también cuáles son las tradiciones del adversario,
observáis su carácter personal, averiguáis la fuerza y
debilidad de la gente, maniobráis contra las expectativas de los
enemigos, os dais cuenta de los momentos álgidos y bajos del
mismo, os aseguráis de los ritmos que hay entre ellos y hacéis
el primer movimiento; esto es esencial. Si es grande vuestro
propio poder de intuición, el estado de las cosas será visible
para vosotros. Una vez que habéis alcanzado una maestría
independiente y completa de las artes marciales, seréis capaces
de adivinar el espíritu de vuestros adversarios y encontrar así
muchas formas de ganar. Esto requiere un trabajo.
Detener un sable
Detener un sable es un movimiento
que se utiliza sólo en las artes marciales. Ante todo, en la
ciencia militar a gran escala, incluso con arcos y armas de
fuego, cuando los adversarios os atacan con todo lo que tienen,
después de haber disparado su primera andanada y mientras están
renovando sus proyectiles, es difícil para vosotros lanzar
vuestro ataque si estáis poniendo la flecha en el arco o
cargando el arma de fuego. La idea consiste en atacar
rápidamente mientras que el enemigo está intentando
disparar. El sentido de esta acción es que si atacáis
rápidamente, es difícil usar las flechas contra vosotros, e
igualmente difícil dispararos con un arma de fuego. La idea
consiste en que siempre que los adversarios ataquen con arcos o
armas de fuego, inmediatamente sentís su pauta de comportamiento
y obtenéis la victoria bloqueando cualquier táctica que el
atacante utilice. Del mismo modo, en el contexto de las
artes marciales individuales, si golpeáis al inicio del ataque
del sable del adversario, el combate se convierte en un desorden,
en un intercambio desordenado de golpes, y no llegáis a ningún
lado. Cuando un adversario golpea con su sable, superad su ataque
bloqueando hacia abajo con el pie su sable, para que no pueda
intentar un segundo golpe. El bloqueo no se lleva a cabo
sólo con los pies, tenéis también que aprender a
"bloquear" con el cuerpo, "bloquear" con la
mente y, por supuesto, "bloquear" con un sable, de tal
forma que impidáis al adversario llevar a cabo un segundo
movimiento. Esto significa tomar la iniciativa en cualquier
cosa. No significa golpear al azar al adversario con la idea de
concluir el combate de repente. Significa continuar al instante
sin ceder. Esto debe ser investigado en profundidad.
Conocer la desintegración
La desintegración es algo que le
sucede a todas las cosas. Cuando se desploma un caballo, una
persona o un adversario, se desmoronan del ritmo del
tiempo. En la ciencia militar a gran escala, también es
esencial encontrar el ritmo de los adversarios cuando se
desmoronan y perseguirlos sin dejarles apertura alguna. Si
perdéis la oportunidad de los momentos vulnerables, perderéis
la oportunidad del contraataque. En las artes marciales
individuales también sucede que un adversario pierda el ritmo en
el combate y empiece a desmoronarse. Si dejáis pasar esa
oportunidad, el adversario se recuperará y frustrará vuestro
intento. Es esencial reforzar firmemente el ataque en el momento
de cualquier pérdida de posición por parte de un adversario,
para impedirle que se recupere. La persecución exige poder
y también ser contundentes; todo consiste en golpear de una
forma violenta y de tal manera que un adversario no pueda
recuperarse. Esta forma de golpear se debe analizar
cuidadosamente. No hacerlo produce una sensación de negligencia.
Esto es algo que exige trabajo.
Convertirse en el adversario
Convertirse en el adversario
significa que debéis poneros en el lugar del adversario y pensar
desde su punto de vista. Tal como veo las cosas, si un
ladrón se introduce en una casa, es considerado un adversario
poderoso. Sin embargo, desde mi punto de vista, todo el mundo
está contra él. Se encuentra arrinconado en una situación
desesperada; el que esta arrinconado es el faisán; quien entra
para combatirle es el halcón. Esto requiere una atenta
reflexión. Igualmente, en la ciencia militar a gran escala,
se considera que los adversarios son poderosos y que hay que
tener cuidado con ellos. Cuando tenéis buenas tropas, conocéis
bien los principios de las artes marciales y sentís la forma de
vencer al enemigo, no tenéis que preocuparos. En las artes
marciales debéis también poneros en la posición del
adversario. Cuando alguien encuentra a un maestro de esta
ciencia, a alguien que comprende las artes marciales y es experto
en ellas, se considera perdido (Musashi se refiere a sus
discípulos como si fueran ya maestros de las artes marciales y
les inspira confianza, haciéndoles tomar conciencia de su
ventaja anímica sobre el adversario que se ha percatado de su
maestría). Reflexionad bien sobre esto.
Abandonar las cuatro manos
Abandonar las cuatro manos se
presenta cuando vosotros y el adversario os halláis empatados y
no se hace ningún progreso en la lucha. Significa que cuando
pensáis que vais a llegar a un empate, detenéis esta
posibilidad inmediatamente y alcanzáis la victoria
aprovechándoos de un enfoque diferente. También en la
ciencia militar a gran escala, si hay un empate total y no se
hace ningún progreso, se producirá una pérdida de personas. Es
fundamental detener esto inmediatamente y alcanzar la victoria
tomando ventaja de una táctica insospechada por el
enemigo. También en las artes marciales individuales, si
pensáis que estáis llegando a un empate, es fundamental cambiar
inmediatamente vuestro enfoque, averiguar el estado del
adversario y determinar cómo vencer por medio de una táctica
muy diferente.
Mover las sombras
Mover las sombras es algo que
hacéis cuando no podéis discernir lo que está pensando el
adversario. En la ciencia militar a gran escala, cuando no
podéis discernir el estado del enemigo, fingís lanzar un ataque
poderoso para ver cómo reacciona. Habiendo visto los métodos
del enemigo, es fácil alcanzar la victoria aprovechándose de
diferentes tácticas adaptadas especialmente a cada
caso. También en las artes marciales individuales, cuando
un adversario está blandiendo su sable detrás de él o a un
costado, y está a punto de golpear repentinamente, éste muestra
su intención en su sable. Una vez que ha mostrado
perceptiblemente sus intenciones, inmediatamente sentís la
ventaja y sabéis cómo ganar con certeza. Si no estáis atentos,
perderéis el ritmo. Esto debe ser examinado en
profundidad.
Detener las sombras
Detener las sombras es algo que
hacéis cuando son perceptibles las intenciones agresivas de los
enemigos hacia vosotros. En la ciencia militar a gran
escala, esto significa detener la acción del enemigo en el mismo
momento de su impulso para actuar. Si demostráis poderosamente a
los adversarios cómo controláis la ventaja, cambiarán de
intención, inhibidos por esa fuerza. Vosotros también cambiáis
de actitud hacia una mente vacía; a partir de ella tomáis la
iniciativa y alcanzáis la victoria. Igualmente en las artes
marciales individuales, utilizáis un ritmo de ventaja para
detener la firme determinación de la motivación del adversario;
después encontráis la ventaja para ganar en el momento de la
pausa y tomáis la iniciativa. Esto debe tratarse en
profundidad.
Contagio
Existe el contagio en todo.
Incluso el sueño puede ser contagiado, lo mismo que el bostezo.
Existe el contagio incluso de una época. En la ciencia
militar a gran escala, cuando los adversarios están excitados y
con toda evidencia tienen prisa por actuar, os comportáis como
si estuvierais somnolientos, dando la apariencia de estar
completamente relajados y tranquilos. Haced esto, y los mismos
adversarios se verán influidos por este estado de ánimo y
perderán su entusiasmo. Cuando creáis que los adversarios
se han visto contagiados por este estado de ánimo, vaciáis
vuestra propia mente y actuáis rápidamente y firmemente,
obteniendo así la ventaja de la victoria. Igualmente en las
artes marciales individuales, es esencial estar relajado en
cuerpo y espíritu, darse cuenta del momento en que el adversario
se relaja y tomar inmediatamente la iniciativa para
ganar. También existe algo llamado "embriagar"
que es similar al contagio. Un estado de ánimo embriagante es el
aburrimiento. Otro es la inquietud. Otro es la pusilanimidad.
Esto debe ser trabajado en profundidad.
La perturbación
La perturbación sucede en
cualquier clase de cosas. Una de las formas en que sucede es a
través del sentimiento de estar bajo una aguda presión. Otra es
a través del sentimiento de una fuerza irracional. Una tercera
forma es a través del sentimiento de sorpresa ante lo
inesperado. En la ciencia militar a gran escala, es
fundamental producir perturbación. Es esencial atacar
resueltamente, mientras sus mentes están perturbadas, aprovechad
esto para tomar la iniciativa y ganar. También en las artes
marciales individuales, al principio os mostráis relajados,
después arremetéis repentinamente y con fuerza; cuando el
espíritu del adversario se desequilibra, es esencial que
observéis lo que hace, no permitiéndole que se relaje ni un
solo momento, percibiendo la ventaja del instante y discerniendo
inmediatamente en ese instante cómo vencer. Esto debe ser
investigado diligentemente.
La amenaza
Existe el temor en todo. Eso
significa ser amilanado por lo inesperado. Incluso en la
ciencia militar a amplia escala, amenazar a un adversario no es
algo que se hace a la vista. Podéis amenazarle por el sonido,
podéis amenazarle haciendo que lo pequeño parezca grande, y
podéis amenazarle realizando un movimiento inesperado de
costado. Éstas son las situaciones en las que se produce el
temor. Si podéis captar el momento del miedo, podéis
aprovecharos de él para obtener la victoria. También en
las artes marciales individuales podéis amenazar por medio de
vuestro cuerpo, podéis amenazar por medio de vuestro sable, y
podéis amenazar por medio de vuestra voz. Lo que es esencial es
hacer repentinamente un movimiento totalmente inesperado para el
adversario, aprovecharos de la ventaja del temor causado y
alcanzar la victoria en ese mismo instante y lugar. Esto debe ser
trabajado en profundidad.
Engancharse con fuerza
Engancharse con fuerza significa
que cuando estéis luchando a una distancia corta, vosotros y
vuestro adversario ejercéis recíprocamente una gran fuerza una
contra el otro, y si veis que el combate no está yendo bien,
entonces os engancháis con fuerza a vuestro adversario; el punto
esencial es aprovecharse de la oportunidad de ganar aunque
estéis luchando codo con codo. Ya se trate de la ciencia
militar a pequeña o gran escala, cuando vosotros y los
adversarios habéis tomado los costados, estáis frente a frente
y no está claro quién vencerá, inmediatamente os engancháis
con fuerza a los adversarios, de modo que no podáis ser
separados, y en ese proceso encontráis la ventaja, determináis
cómo vencer y alcanzáis la victoria fulminantemente; esto es
algo que pertenece a la quintaesencia de la técnica. Esto debe
ser estudiado diligentemente.
Atacar los costados
Atacar los costados significa que
cuando ejercéis fuerza contra algo que es fuerte, difícilmente
cede de inmediato y por las buenas. En la ciencia militar a
gran escala, observad las tropas enemigas, cuando hayan avanzado,
atacad el costado de su frente más fuerte y obtendréis la
ventaja. Una vez que se colapsa ese costado, todo el mundo
se ve envuelto en un sentimiento de colapso. Incluso en el
momento en que se están colapsando, es esencial darse cuenta de
cuándo está listo para avanzar cada costado e intuir cuándo
vencerlo. También en las artes marciales individuales,
cuando inflingís dolor en una parte de su cuerpo cada vez que el
adversario hace un movimiento agresivo, su cuerpo se debilitará
paulatinamente hasta que está listo para desmoronarse y es
fácil vencerlo. Es esencial estudiar esto cuidadosamente
para descubrir por qué parte podéis ganar.
Aturdir
Aturdir a los adversarios
significa actuar de tal forma que le impidáis mantener una mente
tranquila. En la ciencia militar a gran escala esto
significa que adivináis el estado de mente de vuestros enemigos
y utilizáis el poder de vuestro conocimiento del arte de la
guerra para manipular su atención, haciéndoles tener
pensamientos confusos sobre lo que vais a hacer. Esto significa
encontrar un ritmo que confunda a los enemigos, discerniendo con
exactitud dónde podéis ganar. Igualmente, en las artes
marciales individuales podéis intentar diversas maniobras según
la oportunidad del momento, haciendo pensar al adversario que
vais a hacer en un momento una cosa, después otra, y a
continuación otra cosa diferente, hasta que veis que el
adversario empieza a estar aturdido y de esta forma vencéis
cuando queréis. Ésta es la esencia de la batalla; esto debe
estudiarse cuidadosamente.
Los tres gritos
Los tres gritos se llaman el grito
inicial, el grito medio y el grito final. El punto esencial es
lanzarlos de acuerdo con la situación. Como un grito es
poderoso, gritamos en casos de emergencia, incendios y
tempestades; la voz muestra fuerza y poder. En la ciencia
militar a gran escala, al principio de la batalla el grito debe
ser lo más fuerte posible, en medio de la batalla el grito debe
ser de un tono grave y surgir de las profundidades, mientras que
después de la victoria el grito debe ser alto y fuerte. Éstas
son las tres clases de grito. En las artes marciales
individuales se finge y se grita para hacer mover al adversario,
y después golpear tras el grito. También se grita después de
haber abatido a un adversario, con un grito que señala la
victoria. Éstos se llaman los gritos anterior y
posterior. Nunca se grita en el mismo momento en que se
blande el sable. Cuando gritáis en medio de la batalla,
utilizáis el sonido para aumentar el ritmo, gritando en un tono
grave.
Mezclarse
En el contexto de un combate a
gran escala, mezclarse significa que cuando dos grupos están
frente a frente y vuestros adversarios son fuertes, atacáis uno
de los flancos del adversario, como para mezclaros con ellos;
después, cuando veis que los adversarios se derrumban,
abandonáis el flanco y atacáis de nuevo en su punto fuerte. En
general, la idea consiste en atacar como un viento en
zigzag. Esto es también fundamental en el contexto de las
artes marciales individuales, cuando os enfrentáis solos a un
grupo de adversarios. Cada vez que habéis acabado con uno o le
habéis hecho huir, atacáis a uno que sea fuerte, encontrando el
ritmo del adversario, haciendo un zigzag de izquierda a derecha a
un ritmo adecuado y observando la situación del adversario, para
que el ataque sea eficaz. Cuando habéis encontrado las
filas enemigas y vais a arrojaros sobre ellas, el principio de la
ventaja consiste en alcanzar la victoria con fuerza, sin ninguna
reserva. Este estado de espíritu también se aplica a la
situación en la que os estáis acercando a un poderoso
adversario en un combate individual. El sentido de mezclarse
consiste en sumergirse directamente en medio del adversario sin
vacilar en vuestros pasos. Esto debe ser distinguido con
atención.
Aplastar
Aplastar exige un estado interno
de querer aplastar, como cuando se imagina uno que el adversario
es débil y así uno se hace fuerte, para conseguir
vencerlo. En la ciencia militar a gran escala, esto
significa mirar por encima del enemigo cuyo número es pequeño,
o incluso si son muchos, cuando los adversarios están
desmoralizados y debilitados, concentrad vuestra fuerza en
aplastarlos y así los neutralizaréis. Si vuestro
aplastamiento es débil, puede volverse contra nosotros. Tenéis
que distinguir atentamente el estado de espíritu en el que
disponéis claramente del control cuando
aplastáis. Igualmente, en el contexto de las artes
marciales individuales, cuando vuestro adversario no tiene la
misma capacidad que vosotros, o cuando su ritmo decrece, o cuando
empieza a retroceder, es esencial no dejarle recuperar su
aliento. Neutralizadlo sin tan siquiera darle el tiempo de
parpadear. Lo más importante es no permitirle que se
recupere. Esto debe ser estudiado muy cuidadosamente.
El cambio de la montaña y
el mar
"La montaña y el mar"
significa que es mala táctica hacer una y otra vez lo mismo. Tal
vez tengáis que repetir algo alguna vez, pero no debe repetirse
una tercera vez. Cuando intentáis alguna táctica sobre un
adversario, si no funciona la primera vez, no obtendréis ningún
beneficio precipitándoos a hacerla de nuevo. Cambiad vuestras
tácticas de manera abrupta, haciendo algo completamente
diferente. Si todavía esto no funciona, intentad alguna otra
cosa. Así pues, la ciencia de las artes marciales implica
la presencia del espíritu para actuar como el mar, cuando el
enemigo es como una montaña, y actuar como una montaña, cuando
el enemigo es como el mar. Esto exige una atenta
reflexión.
La desmoralización
Cuando luchéis con un adversario
y estéis ganando gracias a vuestra habilidad en esta ciencia,
vuestro adversario puede todavía hacerse ilusiones y, aunque
parece que está vencido, por dentro todavía se niega a
reconocer la victoria. Desmoralizadlo en estos casos. Esto
significa cambiar vuestra actitud repentinamente para impedir que
el enemigo siga manteniendo dichas ilusiones; así lo principal
es ver que los adversarios se sienten derrotados en el fondo de
su corazón. Podéis desmoralizar a la gente con armas o con
vuestro cuerpo o con vuestro espíritu. No debe ser entendido
esto sólo de una forma. Cuando vuestros enemigos se han
desmoralizado totalmente, ya no les prestéis atención. Por lo
demás, permaneced atentos. Mientras que los enemigos tengan
ambiciones, difícilmente se desmoronarán. Tanto en las
artes marciales a gran escala o a pequeña escala, la técnica de
la desmoralización debe practicarse en profundidad.
Renovarse
Cuando estáis combatiendo contra
los enemigos, si tenéis la sensación de estar estancados y de
no hacer ningún progreso, abandonad vuestro estado de ánimo y
pensad en vuestro corazón que estáis empezando algo nuevo.
Cuando conseguís el ritmo, ya sabéis cómo ganar. Esto es
"renovarse". En cualquier ocasión en que sintáis
cómo aumenta la tensión y la fricción entre vosotros y los
demás, si cambiáis vuestro estado de espíritu en ese mismo
momento, podéis ganar por la ventaja de una diferencia radical.
Esto es "renovarse". En la ciencia militar a gran
escala es esencial entender la táctica de renovarse. Es algo que
aparece de repente a lo largo del poder del conocimiento de las
artes marciales. Reflexionad bien sobre esto.
Pequeño y grande
Cuando estáis luchando contra
enemigos y tenéis la sensación de estar estancados en pequeñas
maniobras, recordad esta ley de la ciencia militar: cuando os
halláis en medio de cosas insignificantes, cambiad de repente a
una gran perspectiva. Cambiar a lo grande o a lo pequeño es
una parte deliberada de la ciencia del arte de la guerra. Es
esencial para los guerreros conseguir esto incluso en la
conciencia ordinaria de la vida humana. Esta mentalidad es
fundamental para la ciencia militar, ya sea a gran o a pequeña
escala. Ésta es una preocupación a la que hay que
prestarle una atenta consideración.
El general conoce a sus
soldados
"Un general conoce a sus
soldados" es un método practicado siempre en tiempos de
conflicto después de haber alcanzado la maestría a la que uno
aspira. Habiendo alcanzado un gran poder en el conocimiento de
las artes de la guerra, pensad en los adversarios como si fuesen
vuestros propios soldados, comprendiendo que debéis de obrar con
ellos según vuestra propia voluntad, e intentad manipularlos
libremente. Vosotros sois el general, y los adversarios las
tropas. Esto exige trabajo.
Soltar la empuñadura
"Soltar la empuñadura"
tiene varios significados. Tiene el significado de ganar sin
sable, y también tiene el significado de fallar sin sable. Los
diversos significados no pueden escribirse, pero invitan a una
práctica y a un entrenamiento profundos.
Ser como un muro de piedra
"Ser como un muro de
piedra" es cuando un maestro de las artes marciales se hace
de repente como un muro, absolutamente inaccesible a cualquier
cosa e inamovible. Esto se transmite verbalmente.
Epílogo
Lo que está escrito anteriormente
consiste totalmente en cosas que constantemente vienen al
espíritu a lo largo de la práctica del arte de la esgrima de mi
escuela. Como estoy escribiendo ahora estos principios por
primera vez, están un poco mezclados en el orden, y es difícil
definirlos con detalle. Sin embargo, pueden servir como líneas
orientadoras para las personas que quieran aprender esta
ciencia. Me he concentrado en las artes marciales desde la
juventud, entrenando mis manos y mi cuerpo para la maestría de
la esgrima, y experimentando toda clase de estados de espíritu.
Lo que veo al investigar otras escuelas es que algunas son
habladoras pretenciosas y otras llevan a cabo finas maniobras con
sus manos; pero aunque puedan parecer buenas para la gente, en
ellas no hay en absoluto un verdadero corazón. Por
supuesto, podría parecer que la gente está entrenando el cuerpo
y la mente incluso cuando están practicando dichas técnicas,
pero se convierten en enfermos de la vía, de una manera crónica
y difícil de sanar; son el origen de la decadencia de la vía
reta de las artes marciales en el mundo y de su
abandono. Para que el arte de la esgrima sea una ciencia
real, así como para obtener la victoria en la batalla contra los
enemigos, no deben alterarse de manera alguna estos principios.
Cuando alcancéis el poder del conocimiento de mi ciencia militar
y la pongáis en práctica de una forma correcta, no habrá duda
alguna de la victoria.
El Manuscrito del Viento
La ciencia militar implica el
conocimiento de los métodos de las demás escuelas. Aquí, en
este Manuscrito del Viento, he escrito sobre las demás escuelas
de artes marciales. A menos que conozcáis las prácticas de las
demás escuelas, no podréis ciertamente entender la práctica de
mi propia escuela. Lo que veo cuando investigo en las demás
artes marciales es que algunas escuelas utilizan grandes sables y
se concentran en el poder de sus movimientos. Algunas practican
su ciencia utilizando un sable pequeño y largo al que llaman un
"pequeño sable largo". También existen escuelas que
se preocupan de muchos movimientos con el sable largo, llamando a
las posiciones del sable técnicas convencionales y transmitiendo
la ciencia como una enseñanza interna En este manuscrito
expondré el hecho de que ninguna de estas prácticas son la vía
auténtica, haciendo así saber lo que es bueno y lo que es malo,
lo que es verdadero y lo que es falso. El principio de mi propia
escuela es algo netamente diferente. Otras escuelas se convierten
en teatros, adornándose y exhibiéndose para vivir, y
comercializan las artes marciales; en consecuencia, parecería
que no están en la verdadera vía. Además, el arte marcial se
considera convencionalmente de una forma limitada, como si
consistiera sólo en la esgrima. ¿Creéis que habéis alcanzado
el conocimiento de cómo alcanzar la victoria por el simple hecho
de haber aprendido a empuñar un sable largo y haber entrenado
vuestro cuerpo y manos? Ésta no es una vía segura en ningún
caso. He expuesto cada una de las deficiencias de las demás
escuelas en este libro. El asunto es examinar cuidadosamente y
saborear en profundidad, para llegar a una comprensión de las
ventajas de mi escuela de los Dos Sables.
El manejo de los sables muy
largos en las demás escuelas
Existen algunas escuelas que son
aficionadas a los sables muy largos. Desde el punto de vista de
mi arte marcial, las encuentro escuelas débiles. La razón para
esto es que esas escuelas no saben cómo ganar a los demás por
cualquier medio que sea necesario; considerando que su virtud es
la longitud del sable, quieren que sus sables sean muy largos
para poder vencer a los adversarios a distancia. El dicho
común sobre ganar aunque sea un centímetro es algo que
concierne a personas que desconocen totalmente las artes
marciales. Por ello, intentar ganar a distancia mediante la
ventaja de la longitud del sable, sin conocer los principios de
las artes marciales, es algo que la gente hace por debilidad de
corazón. Es por esto por lo que considero este arte marcial como
algo débil. A veces, cuando estéis luchando con un
adversario y tengáis poco espacio, cuanto más largo sea vuestro
sable, más difícil será golpear con él. No podéis blandir el
sable hacia atrás y adelante con suficiente soltura, y éste se
convierte en un estorbo. Entonces os halláis en una situación
peor que alguien que está manejando un sable de costado
pequeño. Aquellos que prefieren los sables muy largos
poseen sus propias razones, pero únicamente es lógico para
ellos solos; desde el punto de vista de la auténtica vía del
mundo, esto es ilógico. ¿Es inevitable perder utilizando un
sable más corto y no un sable muy largo? Suponed que la
situación física arriba, abajo y a los costados se halla
bloqueada; o imaginad una situación social en la que sólo se
pueden llevar armas de costado; querer tener en estas
circunstancias un sable muy largo es una mala actitud, porque es
dudar de la ciencia de las artes marciales. Por añadidura,
existen personas que carecen de la fuerza física
requerida. Desde la Antigüedad se ha dicho que lo grande
incluye lo pequeño, por tanto no es una cuestión de rechazar
indiscriminadamente la longitud; es una cuestión de rechazar la
actitud desviada que sólo tiene en cuenta la longitud. En
el contexto de la ciencia militar a gran escala, un sable muy
largo es como un gran contingente de tropas, un sable más corto
es como un pequeño contingente. ¿Acaso es imposible una batalla
entre un pequeño contingente y un gran contingente de tropas?
Existen muchos ejemplos en los que un pequeño contingente ha
ganado sobre uno mayor. Así pues, en mi escuela existe un
rechazo hacia una actitud estrecha y desviada. Esto invita a un
cuidadoso examen.
Los golpes poderosos de
sable en las demás escuelas
No debería existir una
distinción entre golpes fuertes y golpes débiles de sable. El
movimiento de un sable hecho con la intención de blandirlo con
fuerza es rudo, y es difícil ganar sólo con la
rudeza. Además, si golpeáis con una fuerza desmedida
cuando vais a matar a alguien, intentando asestar un poderoso
golpe con el sable, no tendréis éxito. Incluso cuando
estáis ejercitándoos contra un muñeco u otra cosa, es erróneo
intentar golpear muy fuerte de forma deliberada. Cuando os
enfrentáis a un enemigo en combate mortal, nadie piensa en
golpear con debilidad ni con fuerza. Cuando uno piensa solamente
en matar al otro, también interviene un sentimiento de fuerza y,
por supuesto, ningún sentido de debilidad; uno sólo piensa en
la muerte del enemigo. Si golpeáis el sable de otro con
fuerza, utilizando un movimiento demasiado poderoso, tendrá
consecuencias negativas por exceso de fuerza. Si golpeáis el
sable de otro de forma forzada, será vuestro propio sable el que
se retrasará. Así pues, no existe nada parecido a un golpe
de sable especialmente poderoso. Incluso en la ciencia militar a
gran escala, si tenéis un gran contingente que desea ganar una
poderosa batalla combatiendo, el hecho es que vuestro enemigo
también dispone de gente fuerte y quiere luchar con fuerza. A
este respecto, ambos estáis en la misma posición. Cuando se
trata de obtener la victoria en cualquier cosa, es imposible
obtenerla sin razón. En mi escuela no prestamos ninguna
atención a cosas no razonables; el meollo del asunto es utilizar
el poder del conocimiento de las artes marciales para obtener la
victoria de cualquier forma que podáis. Esto debe ser trabajado
en profundidad.
La utilización de los
sables más cortos en las demás escuelas
Pensar en ganar sirviéndose sólo
de un sable más corto no es la auténtica vía. Desde la
Antigüedad los sables largos y cortos han tenido distinto
nombre. Las personas fuertes pueden manejar con facilidad un
sable largo, así que no hay razón para aficionarse sin razón a
un sable más corto. La explicación de esto es que las lanzas y
las alabardas también se utilizan para aprovecharse de su
longitud. La idea de que vais a utilizar un sable más corto para
cortar, arremeter y vencer a un adversario en el intervalo entre
los movimientos de su sable es una desviación y, por tanto,
está equivocada. Además, cuando estáis atentos para
descubrir algún lapso, todo lo demás se descuida, y se produce
una sensación de estancamiento que debe ser evitada. Y si
intentáis utilizar un arma corta para penetrar en las defensas
del enemigo y dominarlo, eso no será de ninguna utilidad en
medio de numerosos adversarios. Incluso si pensáis que la
ventaja de tener un arma más corta es la capacidad de penetrar
en medio de una multitud, arremeter con libertad y blandir la
espada a un lado y a otro, en cada caso estáis en una actitud
defensiva de la esgrima y, de este modo, en un estado de
espíritu distraído. No es ésta una táctica en la que se pueda
confiar. Tal vez podáis arremeter contra los adversarios de
una forma poderosa y directa, arrojándolos fuera de su
posición, obligándolos a entrar en la confusión, y tomando el
camino que conduce únicamente a una victoria certera. Esta
lógica también se aplica en la ciencia militar a gran escala.
En igualdad de condiciones, podéis también tomar un gran
contingente, atacar al enemigo de repente y destruirlo de una
vez. Esta actitud es la esencia de la ciencia militar. En
general, lo que la gente del mundo estudia cuando practica las
artes marciales es parar, desviar, evitar los golpes y salir
ileso; en consecuencia, sus mentes son arrasadas por este método
y acaban siendo maniobrados y manipulados por los
demás. Puesto que la vía de las artes marciales es directa
y franca, es esencial el intento de dominar y vencer a los
adversarios. Esto debe ser considerado atentamente.
Numerosos golpes de sable en
las demás escuelas
Cuando se enseña un excesivo
número de movimientos de sable, se hace para comercializar este
arte e impresionar a los principiantes con el conocimiento de
muchos movimientos de sable. Esta actitud debe ser evitada en la
ciencia militar. La razón de ello es que es un engaño
pensar que existe toda clase de técnicas para cortar al
adversario. A este respecto, no existen diferentes técnicas en
el mundo. Sea o no uno un especialista, e incluso si se trata de
una mujer o un niño, no existen muchas formas de golpear y
cercenar; si existen variantes, éstas se limitan a apuñalar y a
acuchillar. Para empezar, puesto que el objetivo consiste en
matar, no hay ninguna razón para que existan muchas formas de
hacerlo. Incluso así, dependiendo de la situación, conforme a
las circunstancias, en los casos en los que hay un obstáculo en
los alrededores, como por ejemplo arriba o a los costados, tiene
que haber cinco posiciones, de forma que existe una manera de
empuñar el sable sin quedar bloqueado. Añadir cualquier
otra cosa, como cortar por la mitad a un adversario con un giro
de manos, un giro del cuerpo o un salto a distancia no son la
verdadera vía. No se puede cortar a alguien por la mitad
mediante un giro o una flexión; éstas son técnicas
inútiles. En mi ciencia militar es esencial que el aspecto
físico y el estado de espíritu sean simples y directos,
obteniendo la victoria por medio de la tensión y la
perturbación causadas a los adversarios, haciendo que se
descentren y procurando que sus corazones se agiten. Esto debe
examinarse cuidadosamente.
Las posiciones del sable en
las demás escuelas
Es erróneo concentrarse
únicamente en la posición de guardia del sable. La posición de
guardia del sable sólo debe darse cuando no hay
adversarios. La razón para ello es que establecer normas a
causa de la costumbre o de las reglas generales no es factible en
el transcurso de un combate real para conseguir la victoria. El
objetivo es luchar para poner al adversario en una situación de
desventaja. Cualquiera que sea el punto de referencia, la
adopción de una posición de guardia tiene el sentido de hacer
uso de la inamovilidad. Guardar un castillo o disponer una línea
de batalla en una posición defensiva tiene el sentido de ser
fuerte y no verse afectado ni siquiera cuando se es atacado;
éste es el significado normal. En el transcurso de la lucha
por la victoria por medio de la ciencia militar, el objetivo es
concentrarse en llevar la iniciativa del adversario. Esto debe
ser trabajado en profundidad. En el transcurso de la lucha
por la victoria gracias a la ciencia militar, vencéis
deshaciendo las defensas de los demás, haciendo movimientos que
los adversarios no esperan, confundiéndolos, irritándolos o
asustándolos, y sintiendo el patrón del ritmo cuando los
adversarios quedan confundidos para alcanzar la victoria. Así
pues, existe un rechazo a la actitud defensiva que se preocupa de
las posiciones de guardia. Por ello, en mi ciencia existe lo que
se llama tener una posición de guardia sin guardia, que
significa que uno tiene una posición defensiva sin estar a la
defensiva. También en la ciencia militar a gran escala, la
preocupación principal para una batalla equilibrada es aprender
a calcular el número de tropas que tiene el adversario, darse
cuenta de la disposición del campo de batalla, conocer el estado
de vuestras propias tropas, ordenar sus mejores cualidades,
unirlas y después empezar a luchar. Existe una sensación
totalmente diferente cuando se es atacado por los demás en
primer lugar que cuando vosotros atacáis. La sensación de poder
manejar suficientemente bien un sable para alcanzar y parar los
golpes del adversario es semejante a tomar la lanza o la alabarda
y clavarlas en el suelo a modo de empalizada. Cuando vais a
golpear a un adversario, por el contrario, podéis incluso
arrancar uno de los postes de la empalizada y utilizarlo como
lanza o alabarda. Esto es algo que debe ser examinado
atentamente.
El enfoque de los ojos en
las demás escuelas
El enfoque de los ojos depende de
la escuela: hay quienes fijan sus ojos en el sable del
adversario, y hay también quienes los fijan en sus manos;
existen también quienes fijan sus ojos en el rostro del
adversario, y los hay también quienes los fijan en sus pies,
etc. cuando intentáis fijar los ojos en algún punto en
particular, existe una sensación de distracción, y esto se
convierte en lo que se conoce en las artes marciales como una
desgracia. Las personas que juegan a la pelota tal vez no
mantengan sus ojos en ella, porque cuando uno tiene una buena
práctica de algo, no es necesario mirar deliberadamente.
Igualmente, en las artes de los malabaristas, cuando tienen
práctica en las técnicas, pueden hacer equilibrio con una
puerta en la nariz y hacer malabarismos con varios sables a la
vez, todo ello sin mirar; como están involucrados en la
práctica todo el tiempo, ven lo que ocurre de manera
espontánea. De igual modo, en el contexto de la ciencia de
las artes marciales, cuando os familiarizáis con cada
adversario, percibís el grado de seriedad de su mente y sois
capaces de practicar la ciencia con eficacia, podéis ver incluso
la distancia y velocidad de un sable. Hablando en términos
generales, el foco de los ojos en las artes marciales se halla en
el corazón y en la mente de las personas implicadas. Cuando
se llega a la ciencia militar a gran escala, los ojos también se
concentran en el estado de las tropas enemigas. De las dos
formas de percepción, observar y ver, el ojo que observa es más
fuerte, percibiendo el corazón y la mente del adversario, viendo
el estado de la situación, centrando los ojos de una forma
amplia, percibiendo las condiciones de la batalla y la fuerza y
debilidad de la ocasión, y concentrándose en alcanzar la
victoria con precisión. Ya se trate de la ciencia militar a
gran o a pequeña escala, no hay foco de atención estrecho en la
visión. Como ya he escrito, mediante un foco de atención
excesivamente estrecho, olvidáis los asuntos mayores y quedáis
confundidos, dejando así que la victoria certera se os escape.
Este principio exige una reflexión cuidadosa y una práctica
profunda.
La posición y movimiento de
los pies en otras escuelas
Existen diversas formas de dar
pasos rápidos, como los que se conocen por paso flotante, paso
saltarín, paso elástico, paso fuerte, paso de cuervo, etc.
desde un punto de vista de mi arte marcial, todos éstos parecen
pasos deficientes. La razón por la que no me gusta el paso
flotante es porque los propios pasos probablemente sean en
cualquier caso inseguros en medio de la batalla, de forma que el
procedimiento adecuado es mantenerse lo más firme
posible. La razón por la que no me gusta el paso saltarín
es porque existe una sensación de excitación en el salto y un
sentimiento de obsesión en saltar. Puesto que no hay razón para
saltar una y otra vez, un paso saltarín es
malo. Igualmente, el paso elástico es ineficaz, porque
existe una sensación de rebote. El paso fuerte es una posición
pasiva y especialmente objetable. Además de éstos, existen
diversos pasos rápidos como el paso del cuervo. Puesto que
es posible que os enfrentéis a adversarios en pantanos y
ciénagas, o en montañas y ríos, o en planicies rocosas, o en
caminos estrechos, dependiendo del lugar existen situaciones en
las que es imposible saltar, dar pasos elásticos o
rápidos. En mi arte marcial, no existe ningún cambio en la
forma de mover los pies; es lo mismo que andar por un camino de
forma habitual. Siguiendo el ritmo del adversario, encontrando la
posición física correcta en situaciones tanto de aceleración
como de calma, la marcha debe ser ordenada, sin defecto ni
exceso. Igualmente, en la ciencia militar a gran escala, es
fundamental el movimiento de los pies. La razón para ello es que
si atacáis de forma indiscriminada, sin conocer las intenciones
de vuestro adversario, perderéis el ritmo y os encontraréis con
que es difícil ganar. Del mismo modo, si estáis marchando con
tranquilidad y no notáis cuándo están desmoralizándose o
desmoronándose los adversarios, haréis que la victoria se
desvanezca y no podréis dar una rápida salida al
combate. Es esencial percibir el desánimo y el
desmoronamiento de los adversarios, y superarlos sin dejarlos
siquiera un momento de respiro. Esto exige una práctica y un
entrenamiento profundos.
La utilización de la
velocidad en otras escuelas
En las artes marciales, la
velocidad no es la verdadera vía. En lo que se refiere a la
velocidad, la cuestión de rapidez o lentitud en cualquier cosa
proviene del fracaso de armonizar con el ritmo. Cuando
domináis un arte o una ciencia, vuestra acción no parece
rápida. Por ejemplo, existen corredores profesionales carteros
que recorren una ruta de unos treinta kilómetros; pero ni
siquiera así corren rápidos desde la mañana hasta la noche. En
cuanto a aquellos que carecen de entrenamiento, aunque parezca
que corren todo el día, no alcanzan el objetivo. En el arte
de la danza, si un mal cantante acompaña la canción de un
cantante cualificado, existe una sensación de disonancia, que
desemboca en precipitación. Igualmente, cuando se trata con los
tambores la canción "Pino Viejo", a pesar de ser una
pieza dulce, también en este caso, alguien que es inexperto
tenderá a adelantarse o a atrasarse. Y aunque la canción
"Dunas Elevadas" tiene un tempo rápido, es
erróneo interpretarla demasiado rápido. Como dice el
proverbio, el rápido se cansa y no puede llegar a tiempo. Por
supuesto, ser demasiado lento y llegar demasiado tarde también
es malo. La actuación de un experto parece relajada, pero
no pierde el ritmo. Las acciones de las personas entrenadas no
parecen apresuradas. El principio de la vía puede ser conocido a
través de estos ejemplos. La rapidez es especialmente mala
en el contexto de la ciencia de las artes marciales. Las razones
para ello son las siguientes. En este caso también, dependiendo
del lugar, digamos, por ejemplo, en una charca es imposible
moverse y correr rápidamente. Con un sable largo, no existe algo
así como matar con rapidez; por el contrario, con un abanico o
un sable corto, si intentáis cortar con rapidez, no podréis
cortar en absoluto. Esto invita aun cuidadoso
discernimiento. Igualmente en la ciencia militar a gran
escala, es malo el sentimiento de velocidad y prisa. Con la
actitud de "sujetar la almohada" no hay
lentitud. Por añadidura, cuando la gente se apresura
corriendo, es esencial hacer lo contrario, quedarse tranquilo y
en calma, sin dejarse arrastrar por ella. La forma de trabajar en
ese estado de espíritu exige entrenamiento y práctica.
Los esotérico y lo
exotérico en las demás escuelas
En el contexto de los asuntos de
las artes marciales, ¿qué debe llamarse exotérico y qué debe
llamarse esotérico? Según el arte, existen transmisiones
esotéricas de la realización esencial que se transmiten como
tradiciones orales internas, pero cuando se trata del principio
de combatir en duelo con adversarios, no es un asunto de luchar
de manera exotérica y matar de manera esotérica. Mi forma
de enseñar las artes marciales es hacer que los principiantes
aprendan y practiquen aquellas técnicas que son fácilmente
dominadas, enseñándoles primero los principios que pueden
entender rápidamente. En cuanto a aquellos asuntos que sus
mentes tienen dificultad en comprender, observo la comprensión
de cada individuo, enseñándole a continuación los principios
más profundos de manera gradual, paso por paso. Incluso así,
puesto que generalmente les hago aprender aquellas cosas que
tienen relevancia real para manejar estos asuntos, no existe algo
así como una distinción entre lo esotérico y lo
exotérico. Así sucede en el mundo: cuando vais en medio de
las montañas, si queréis ir más lejos, tendréis de nuevo que
salir de las montañas. En cualquier arte o ciencia existe
aquello para lo que el secreto y la reserva es apropiado, y
aquello de lo que se puede hablar abiertamente. Pero cuando se
trata de los principios de la guerra, ¿qué es lo que tiene que
ser ocultado y qué es lo que tiene que ser revelado? Por
consiguiente, al transmitir mi ciencia, no me preocupo de las
obligaciones escritas o de los artículos de castigos. Observar
el poder intelectual de los estudiantes, enseñarles un camino
directo, haciéndoles abandonar los malos aspectos de las
"cinco formas o de las "seis formas" de las artes
marciales, de modo que entren naturalmente en la ciencia
auténtica de los guerreros, haciendo que sus mentes se liberen
de la duda, ésta es la vía en la que enseño las artes
marciales. Una práctica y entrenamiento profundos son
necesarios.
Epílogo
En las nueve secciones precedentes
sobre las artes marciales de las demás escuelas, de las que he
escrito sus principios generales en este Manuscrito del Viento,
aunque es imprescindible escribir claramente sobre cada escuela,
desde la iniciación hasta la tradición interna, no doy
importancia a escribir los nombres de qué secreto concreto de
qué escuela particular me estoy refiriendo. La razón de
ello es que los puntos de vista de cada escuela y la lógica de
cada método se realizan de forma diferente según cada persona y
dependiendo de la mentalidad; así, incluso en la misma escuela
existen ligeras diferencias de comprensión. Por tanto, pensando
en la posteridad, no he mencionado las escuelas concretas a las
que me refiero. Habiendo dividido las grandes líneas de las
demás escuelas en nueve categorías, cuando miramos desde el
punto de vista de la vía correcta para el mundo, desde el punto
de vista de la razón humana honesta, los asuntos como las
preferencias por los sables muy largos o muy cortos, las
preferencias por la fuerza o por la forma de empuñar, o la
preocupación por la fiereza y la finura, son guías desviadas;
así pues, aunque no revelemos como tradición interna o de
iniciación de otras escuelas, todo el mundo debe saber sobre
ellas. En mi escuela no existe una distinción entre la
tradición de iniciación y la interna en lo que concierne al
sable largo. No existe algo así como la posición de guardia
definitiva. Se trata sólo de comprender sus cualidades efectivas
en vuestro corazón y en vuestro espíritu. Esto es lo esencial
del arte marcial.
El Manuscrito del Vacío
Al escribir sobre la ciencia de
las artes marciales de la escuela de los Dos Sables en el
Manuscrito del Vacío, el significado de vacío consiste en que
existe el reino en el que nada existe, o no puede ser conocido, o
se ve como vacío. Por supuesto, el vacío no existe. Se
conoce de la no-existencia cuando se sabe que la existencia es
vacío. Cuando la gente no entiende algo, considera
erróneamente que eso es vacío. Éste no es el vacío real; es
una ilusión. Igualmente, en el contexto de esta ciencia de
las artes marciales, cuando se sigue la vía del guerrero, no
conocer las leyes de éstos no significa vacío; al estar confuso
puede uno llamarle un estado de vacío desesperado, pero esto no
es vacío real. Los guerreros aprenden con precisión la
ciencia militar y continúan practicando diligentemente las
técnicas de las artes marciales. La forma en que los guerreros
las practican no es oscura en lo más mínimo. Sin ninguna
confusión de espíritu, sin relajarse en ningún momento,
puliendo la mente y la atención, afilando el ojo que observa y
el ojo que ve, uno llega al vacío real como el estado en el que
no hay oscuridad y las nubes de la confusión han
desaparecido. Mientras que no conocen la auténtica vía, ya
sea en el budismo o en los asuntos mundanos, todo el mundo piensa
que su camino es seguro y es algo bueno, pero desde el punto de
vista de la vía correcta del espíritu, comparada con las pautas
sociales generales, la gente se aparta de la verdadera vía por
desviaciones personales de su mente y por desviaciones
individuales de su visión. Conociendo esta mentalidad,
pronunciando esencialmente palabras honradas, tomando el
espíritu real como la vía, practicando las artes marciales en
el sentido más amplio, pensando correcta, clara y
comprensivamente, y tomando el vacío como vía, podéis ver la
vía como vacío. En el vacío hay bien, pero no hay mal. La
sabiduría existe, la lógica existe, la mente está
vacía. 12 de mayo de 1645
Material obtenido de "El arte de la estrategia"
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